RELMECS, diciembre 2013, vol. 3, nº2, ISSN 1853-7863
Universidad Nacional de La Plata - Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Centro Interdisciplinario de Metodología de las Ciencias Sociales.
Red Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales

ARTÍCULOS/ARTICLES

Reflexiones metodológicas sobre algunas contribuciones de la terapia familiar sistémica a un estudio antropológico de la familia

Methodological reflections on some contributions of the systemic family therapy to an anthropological study of family

Marta M. Maffia

Universidad Nacional de La Plata
CONICET. División Etnografía, Facultad de Ciencias Naturales y Museo
(Argentina)
mmaffia@museo.fcnym.unlp.edu.ar

Resumen
El fenómeno migratorio ha sido tratado a partir de diferentes estudios históricos, sociológicos, demográficos y antropológicos. Muchas veces estos abordajes solo ofrecen respuestas parciales a las problemáticas que conforman la migración. Nuestras investigaciones se centraron en el estudio de grupos de inmigrantes caboverdeanos en Argentina, aportando modelos sobre la organización e interacción de esos grupos, con el fin de explorar temas críticos, como inmigración y familia, identidad y etnicidad, entre otros.
Luego de años de trabajo hemos ajustado metodologías, sobre todo las derivadas de la antropología tradicional, buscando alternativas, "reciclando" premisas, pautas y técnicas de otras disciplinas como la psicología (en particular la terapia familiar de orientación sistémica).
En este trabajo reflexionamos sobre algunas cuestiones metodológicas, particularmente el uso de genogramas puestos en práctica en el estudio del parentesco y de la familia caboverdeana en un contexto migratorio, cuyo análisis fue uno de los objetivos planteados en el proyecto de investigación sobre el mencionado grupo en la Argentina.

Palabras clave: Metodología - Genogramas - Familia - Migración - Caboverdeanos.

Abstract
The migratory phenomenon has been dealt from different historical, sociological, demographic and anthropological studies. Several times these approaches only offer partial answers to the issues involved in migration. Our research was focused on the study of Cape Verdean immigrant groups in Argentina, providing models about the organization and interaction of these groups in order to explore critical topics such as immigration and family, identity and ethnicity, among others.
After long years of work, we have adjusted methodologies, especially those resulting from the traditional anthropology, looking for alternatives, “recycling” premises, guidelines and techniques from other disciplines, such as psychology (in particular family therapy of systemic orientation).
In this work, we reflect on some methodological issues, especially the use of genograms implemented in the kinship study and Cape Verdean family in a migratory context, whose analysis was one of the objectives considered in the research project on the mentioned group in Argentina.

Keywords: Methodology - Genograms - Family - Migration - Cape Verdeans.


1. Introducción
El fenómeno migratorio ha sido objeto de diferentes estudios históricos, sociológicos, demográficos y antropológicos. Muchas veces estos abordajes solo ofrecen respuestas parciales a las problemáticas que conforman la migración. Nuestras investigaciones se centraron en el estudio de grupos de inmigrantes caboverdeanos en Argentina, aportando modelos sobre la organización e interacción de esos grupos, con el fin de explorar temas críticos como inmigración y familia, identidad y etnicidad, entre otros. La principal hipótesis de nuestra investigación fue que la familia y los patrones de parentesco jugaron un rol preponderante como responsables de la organización y la práctica de la emigración/inmigración de los caboverdeanos en la Argentina, considerada como una de las principales estrategias de reproducción del grupo, en y fuera de su lugar de origen.

La mayoría de los caboverdeanos establecen relaciones interpersonales en un círculo amplio de parientes y no parientes, al que llaman familia. Este término designa una modalidad de convivencia que permite articular la organización de miembros consanguíneos y afinales con grupos semejantes, elaborando desde ella sistemas de adecuación que hacen posible su reproducción. Así, migración, parentesco y familia configuran un único campo de observación.

En la primera etapa (década de 1980) hallamos muy poca documentación sobre la comunidad caboverdeana en Argentina, grupo que arribó, principalmente, en la primera mitad del siglo XX. Datos estadísticos sobre esta población no aparecen ni en las Memorias de la Dirección Nacional de Migraciones de la Argentina, ni en los Censos Nacionales, en primer lugar, porque los que ingresaron legalmente al país lo hicieron como portugueses y, en segundo lugar, porque un gran número -difícil de determinar- lo hizo clandestinamente. Por lo tanto, no tuvimos otra alternativa que intentar censar, al menos, una parte de la población. Por otro lado, no se estaban realizando investigaciones sobre el grupo a las que pudiésemos recurrir como punto de partida, por lo que utilizamos casi exclusivamente fuentes orales: entrevistas, historias de vida, genealogías y genogramas. Posteriormente, documentos personales como cartas de parientes y otros materiales -pasaportes, cartas de llamada, permisos de salida- proporcionados por los mismos caboverdeanos, constituyeron una fuente de inestimable valor que nos permitió la triangulación de la información. En 1981, 1992 y 1996, viajamos al Archipiélago de Cabo Verde y, en varias oportunidades, a Portugal, para poder complementar la escasa información existente en Argentina, y analizar con mayor profundidad los cambios producidos como consecuencia de la migración. Respecto del tiempo que abarcó esta investigación nos hemos visto beneficiados con la lectura del trabajo acerca del presente etnográfico de Johannes Fabian (1983) y también de Pierre Bourdieu (1977), en cuanto a que se necesitan varias generaciones para comprender un proceso y, en este caso, la situación fue óptima, ya que pudimos combinar la observación a nivel sincrónico, con la reconstrucción a nivel diacrónico, para lo cual las genealogías y los genogramas resultarían de suma utilidad. El corpus de relatos utilizados para ejemplificar este trabajo pertenecen a caboverdeanos nativos inmigrados en distintos períodos,1 y a descendientes de las denominadas segunda y tercera generación.

Las genealogías constituyen una vieja técnica utilizada por antropólogos, historiadores, juristas y sociólogos para el relevamiento de datos como los concernientes a la terminología del parentesco, la herencia, las reglas de matrimonio y la residencia. La información brindada por los entrevistados acerca de las localidades en las que han nacido, vivido y muerto personas de sucesivas generaciones, puede arrojar luz sobre la naturaleza de las migraciones, vía de acceso que ya fue planteada tempranamente por Rivers en 1910. Tema que ampliaremos en el punto 3 de este trabajo.

En el desarrollo de la investigación surgieron múltiples dudas teóricas y metodológicas, entre ellas, la expresada por Schneider (1972: 42) con quien coincidimos, acerca de “si es posible descubrir la clasificación de los parientes sin tener en cuenta el resto del sistema, particularmente el sistema de roles y patrones de comportamiento así como el amplio contexto cultural en el cual el sistema de parentesco está situado”. Salimos del ámbito exclusivo de genealogías y denominaciones para adentrarnos en otro territorio, -que en esa primera etapa mayormente abocada a relevar el parentesco habíamos restringido-, el de la problemática de la familia.

En el campo tuvimos que abordar temas vinculados a la vida familiar de los caboverdeanos -los que generalmente cuando son tratados van acompañados de intensa emoción-, como por ejemplo, el lugar que ocupa la madre en el grupo doméstico; la relación con los hijos; las uniones de un hombre con varias mujeres; la relación entre las varias mujeres de un hombre; las uniones con parientes cercanos; los filhos de fora (hijos de afuera del matrimonio); la relación entre los hermanos y medio-hermanos (en nuestra terminología); la violencia familiar; el aborto y las prácticas anticonceptivas; los conflictos familiares; quién o quiénes en la familia están destinados a migrar, entre muchos otros temas. Y también en el campo, en el tratamiento de algunas de estas problemáticas, nos encontramos en medio de situaciones difíciles y delicadas, en nuestra relación -ya sea con los hombres o con las mujeres-, atravesada por sentimientos de hostilidad, rivalidad, seducción, o celos. Para enfrentar estas situaciones las herramientas provistas en la formación disciplinaria fueron muy escasas, prácticamente nulas.

En la búsqueda de nuevos senderos teóricos-metodológicos, en otros campos disciplinarios (Sociología, Historia, Demografía), la Psicología, en particular la terapia familiar desde una orientación sistémica, fue la que mejores respuestas nos dio, sobre todo en el acceso a nuevas formas de acercarnos y operar con familias. Es por ello que realizamos numerosos cursos de entrenamiento en Argentina y Estados Unidos, con especialistas como Dora Schnitman, Zulema Orlando, Carlos Sluzki, Gianfranco Cechin, Salvador Minuchin y Bradford Keeney entre otros. Esta formación nos permitió conocer una herramienta usada por muchos terapeutas familiares, que son los llamados genogramas, en algunos aspectos similares a las genealogías usadas tradicionalmente por los antropólogos, como ya explicitaremos más adelante. Complementariamente, los genogramas pueden aportar una lectura sistemática para mejorar nuestra comprensión del parentesco como estructurante de las relaciones familiares, entender la significación de conductas, pautas, valores y tradiciones en diferentes marcos socioculturales (de Cabo Verde y de Argentina), atendiendo a cómo son asumidas y comprendidas por los mismos actores sociales (Bjerg y Boixadós, 2004). La reflexión en este trabajo está dirigida a mostrar cómo se puede utilizar productivamente una herramienta creada para ser aplicada en un contexto terapéutico, a un contexto de investigación antropológica.
2. Inmigración caboverdeana en la Argentina
Cabo Verde es un archipiélago ubicado en el océano Atlántico, a 455 kilómetros de la costa africana, y funcionó como un entrepuesto comercial de esclavos que perteneció a Portugal hasta su independencia, en 1975. La inmigración caboverdeana hacia la Argentina comenzó a fines del siglo XIX y cobró relevancia a partir de la década de 1920, con pequeños grupos o individuos provenientes, en su mayoría, de las islas São Vicente y Santo Antão y, en menor medida, de las islas São Nicolau, Fogo y Brava. Otros períodos de mayor afluencia fueron entre 1927 y 1933, y después de 1946, decreciendo en intensidad hacia la década de 1960 (Maffia, 1986). Las causas de la migración, según los propios inmigrantes, fue la miseria, el hambre, la falta de trabajo y de porvenir para sus hijos; muy pocos invocaron razones políticas o de otra índole. Las estrategias de inserción en las sociedades receptoras fueron diversas, y se vinculan con las diferencias de capital económico, cultural, simbólico y de origen, asociadas a las características de los grupos receptores. La etnia marca con fuerza a los migrantes, orientando sus acciones en las sociedades de destino.2 Cuando las diferencias étnicas son dominadas por diferencias raciales, éstas se acentúan y obligan, en muchos casos, a desarrollar mecanismos de defensa (Rocha-Trindade, 1995), como recrear, en la medida de lo posible, su lugar de origen (hasta el extremo de constituirse en ghettos) y, a partir de allí, negociar su inserción en la sociedad receptora.

Respecto del origen de los caboverdeanos emigrados a Argentina, el grupo mayoritario que fue a residir a Ensenada provenía de la isla de Santo Antão, mientras que los de Dock Sud venían de la isla de San Vicente. La rivalidad fue manifiesta. Los entrevistados sanvicentinos en general se refieren a los de Santo Antão como “menos expertos”, por provenir de zonas rurales, aunque tienen mejor educación y bienestar económico, lo que les permitió migrar con pasaje pago, acceder a mejores trabajos y viviendas, y enviar a los hijos a la escuela, pudiendo insertarse más fácilmente.

Para aquellos de Santo Antão, los sanvicentinos poseen la “viveza” propia de la gente que se “cría” en la calle, con poca o ninguna educación, sin posibilidades de comprar el pasaje (viajaron fujidos o clandestinos). Su inserción laboral y social fue más difícil. A pesar de ello, en el seno de la comunidad, lo que para algunos es una marca de pobreza, para otros es valentía, audacia o espíritu aventurero. En Argentina, este grupo migratorio poco numeroso se enfrentó a una mayoría étnicamente diferente. Los isleños y sus descendientes adoptaron o se vieron forzados a adoptar estrategias que condujeron a la invisibilidad del grupo. Esto les permitió una inserción con bajos niveles de conflicto, pero con escasa movilidad social ascendente. En un primer momento, esa inserción se realizó a partir de redes informales, conformadas por núcleos específicos (familias), en el interior de los cuales circulaban nuevos migrantes. Estos núcleos funcionaron como microcontextos (encargados de albergar a los inmigrantes, buscarles trabajo o esposa), que fueron los gérmenes de sociedades o asociaciones de carácter institucional. Sin duda, esto constituyó una situación en espejo del fenómeno de los emprendimientos mutualistas de las grandes colectividades de inmigrantes radicadas en Argentina (españolas, italianas, etcétera). Los caboverdeanos se asentaron inicialmente en barrios portuarios de la Ciudad de Buenos Aires (Dock Sud, La Boca) y Ensenada, en la provincia de Buenos Aires. La elección estuvo condicionada por la cercanía de parientes y coterráneos (en general de la misma isla) y de las fuentes de trabajo: en barcos, fábricas, industrias y astilleros. En distintos momentos se fueron desplazando hacia la Capital Federal, los partidos del Gran Buenos Aires y a la ciudad de La Plata, en razón del deseo de modificar su situación socioeconómica y lograr una mejor educación para sus hijos. Algunos de los viejos inmigrantes siguieron viviendo en el barrio étnico. Sus hijos y nietos nacidos en Argentina, sobre todo los adolescentes, rechazaron los valores caboverdeanos y se “argentinizaron”, surgiendo, muchas veces, conflictos intergeneracionales acompañados de sentimientos de ambivalencia respecto de su identificación étnica.

En una apretada síntesis, podríamos decir que los caboverdeanos en la Argentina no constituyeron grupos cerrados: los nativos hablan perfectamente el castellano, muy pocos le han enseñado el criol a sus hijos, interactúan con caboverdeanos y no caboverdeanos, en su mayoría se han casado fuera del grupo y los hijos conocen en general muy poco acerca del lugar de origen de sus padres, abuelos o bisabuelos. Respecto a esta última situación, queremos señalar que en el presente se está revirtiendo, como producto, entre otras razones, del fuerte movimiento desarrollado por un grupo de activistas, descendientes en distintas generaciones, quienes han logrado que su presencia sea cada vez más expresiva en distintos ámbitos: políticos, culturales, diplomáticos, en los medios de comunicación, dentro y fuera del país. Algunos de ellos se han insertado exitosamente en espacios de sociabilidad más amplios vinculados con su origen africano y la problemática de la discriminación, logrando cada vez mayor visibilidad tanto entre la población en general como en el Estado.3

3. Utilidad de los diagramas genealógicos
Desde mediados del siglo XIX, Lewis Morgan, jurista y etnólogo americano, recoge el parentesco de los séneca iroqueses, usando genealogías tabuladas. Pero es William Halse Rivers quien, en ocasión del viaje al estrecho de Torres entre 1898 y 1899, establecerá las bases del método. En 1910 escribe “El método genealógico de la investigación antropológica”, donde caracteriza los rasgos y usos más importantes del mismo, entre los que menciona:
  1. La elaboración de sistemas de parentesco
  2. La trasmisión de los nombres
  3. El estudio de la regulación del matrimonio
  4. Las leyes que regulan las filiaciones y la herencia de la propiedad
A los que suma: el estudio de las migraciones; de la magia y la religión y de los problemas de la herencia que hacen su aporte a la Antropología Física. Rivers expone, en el mencionado trabajo, las posibilidades de un análisis riguroso de los corpus genealógicos, ligados a la elaboración de estadísticas sociales y demográficas. Por ejemplo, la proporción entre los sexos, el sexo del hijo primogénito, el tamaño de la familia, la proporción de hijos que crecen y se casan respecto al total de nacidos y otros aspectos que pueden ser estudiados estadísticamente. Según Porqueres i Gené (2008), en un profundo análisis crítico que realiza sobre el uso de la técnica a través de la historia de la antropología, Rivers nunca tuvo una visión estrecha en relación con el método genealógico, para él no era autosuficiente, y debía acompañarse siempre de otras técnicas de investigación, como las historias de vida basadas en la acumulación de entrevistas, o la descripción y la fotografía. Esto es retomado, entre otros antropólogos, por Heritier (1981) quien adapta el método genealógico al uso de la informática en su trabajo “La encuesta genealógica...”, en una sociedad de agricultores sedentarios del Alto Volta, los samo. Allí destaca la imposibilidad de constituir una técnica que sirva para recoger información genealógica en general y la necesidad efectiva, en la que se encuentra todo antropólogo sobre el terreno, de “inventar”. A pesar de los numerosos trabajos antropológicos en los que este instrumento es empleado, consideramos que no ha habido cambios significativos ni innovadores aportes, que permitiesen el desarrollo de esta técnica como instrumento de investigación antropológica.4 Salvo excepciones, como los trabajos de Lewis (1964, 1969), en cuya obra, centrada en estudios familiares, hace uso de genealogías, la mayoría no brinda demasiados detalles metodológicos. Particularmente Lewis en la Antropología de la pobreza (1964), expone las cuatro formas que ha utilizado de acercamiento a las familias, cuya combinación proporciona una visión global de la vida familiar. Ellas son: en primer lugar, el estudio local, donde aplica las categorías conceptuales utilizadas en el estudio de una comunidad completa (cultura material, vida económica, relaciones sociales, vida religiosa, relaciones interpersonales, etc.) a una sola familia; en segundo lugar, la técnica al estilo Rashomon, que consiste en ver la familia a través de cada uno de sus miembros; un tercer enfoque que consiste en seleccionar para su estudio en profundidad, aquel problema, suceso especial o aquella crisis a la que reacciona toda la familia; y finalmente, la observación detallada de un día típico de la vida familiar. En nuestra investigación, acudimos no solo a los clásicos diagramas genealógicos, a encuestas, entrevistas y a la observación con distintos grados de participación, sino que también complementamos la exploración con otras técnicas como los genogramas, que provienen del campo de la psicología, particularmente de la terapia familiar.
4. ¿Qué es un genograma y en qué se diferencia su uso de un clásico diagrama genealógico?
Un genograma es “un formato para dibujar un árbol familiar que registra información sobre los miembros de una familia y sus relaciones durante por lo menos tres generaciones” (McGoldrick y Gerson, 2000). Si bien los genogramas coinciden en la forma de colectar algunos datos, particularmente aquellos referidos a los ancestros y descendientes de un EGO, ya planteados por Rivers y seguidores, la diferencia fundamental radica en el interrogatorio para su construcción: más que orientarse a relevar el sistema de parentesco, se dirige a restituir el sentido de las experiencias familiares en una relación dialógica. Como bien lo expresan McGoldrick y Gerson (2000: 141): “va directamente al corazón de las experiencias familiares nacimiento enfermedad, muerte y relaciones intensas (...) proporcionando su estructura un marco orientador para la discusión de todas las experiencias de la familia y concentrarse en los puntos difíciles tales como pérdidas y conflictos”. Tópicos que aparecen recurrentemente en las entrevistas y relatos de los informantes caboverdeanos, así como en los cuentos, poemas y las letras de su rico cancionero, pleno de referencias a la falta de lluvias, de trabajo, el hambre, la enfermedad, la muerte, las relaciones familiares y la migración como una salida casi inevitable en sus vidas. “Los genogramas presentan la información en forma gráfica de manera tal que proporcionan una rápida gestalt de complejas normas familiares y una rica fuente de hipótesis” (McGoldrick et al., 2000: 17). Su principal aporte es, entonces, que nos ayudan a pensar de manera sistemática cómo los sucesos y los vínculos, principalmente parentales, se relacionan con la migración; a rastrear situaciones, muchas veces cargadas de emociones que se constituyeron en problemáticas en el pasaje desde Cabo Verde a la Argentina, como las transiciones de ciclos vitales y los rituales que los acompañan; la relación entre hombres y mujeres; o los hijos que se dejaron en Cabo Verde. El genograma, en general, funciona como un test empírico que, “golpeando” la memoria del entrevistado, le da la posibilidad de recuperar algunas representaciones, en muchos casos dolorosas. La estructura conceptual sobre la que los terapeutas familiares elaboraron esta herramienta tuvo como fundamento la teoría de los sistemas familiares de Murray Bowen (1978). Las personas están organizadas dentro de sistemas familiares según generación, edad y sexo para nombrar algunos de los factores más comunes, y el lugar que cada persona ocupa dentro de la estructura familiar puede influir en su funcionamiento, sus pautas de relación y el tipo de familia que forme en la siguiente generación. La hipótesis es que las pautas vinculares en generaciones previas pueden suministrar modelos implícitos para el funcionamiento familiar en la siguiente generación. En el genograma se buscan pautas de funcionamiento, relaciones y estructuras que continúan o se alternan de una generación a otra (McGoldrick y Gerson, 2000: 22).
5. La construcción

La recopilación de la información para el genograma suele darse dentro del contexto de una entrevista familiar. Habitualmente se comienza a partir de un Ego masculino o femenino, aunque obviamente la posibilidad de colectarlo de distintos integrantes de la familia brinda la oportunidad de compararlos y controlarlos. Cuando se observa a todos los miembros de la familia juntos es posible advertir múltiples facetas que a menudo resultan oscuras en las entrevistas individuales. En esos casos, a fin de lograr la receptividad de todos, es necesario constituir conexiones temáticas, por ejemplo, en las familias donde sus miembros migraron en distintos momentos, el nexo que permite trabajar con todo el grupo es el impacto causado por la migración. Para este abordaje empleamos la técnica de preguntas circulares, muy productiva para investigar relaciones familiares. Esta técnica fue ideada por la Escuela de Milán, de Selvini Palazzoli y asociados, basada en la afirmación de Bateson (1972, 1980) respecto de que información es diferencia, y a la que se refieren como técnica de cuestionamiento circular,5 que permite reunir una amplia información sobre la familia, en un período breve. La información reunida ayuda a formular y legitimar hipótesis sobre la estructura dinámica de la familia. Cada miembro de la familia expresa sus puntos de vista sobre sus relaciones. Así, cada integrante contribuye en un nivel metacomunicacional al desarrollo de una imagen global del sistema familiar. Las preguntas circulares usualmente comienzan con un evento nodal, que puede ser el cambio de lugar o la muerte. Su uso elimina o bloquea la resistencia a tratar en forma individual determinados temas, e inferir el impacto multidireccional de cada uno de los componentes de la interacción. Los secretos familiares se pueden abordar indirectamente. Cada miembro de la familia tiene la libertad de usar la información a su manera y expresar su opinión sobre ella (Simon, Stierlin y Wynne, 1997).“El lema básico es siempre plantear preguntas que enfoquen una diferencia o definan una relación” (Hoffman,1987: 280): pedir a alguien que comente el matrimonio de sus padres; el tratamiento del padre (muchas veces diferencial) hacia los hijos de sus mujeres; o que catalogue a los miembros de la familia sobre la base de quién ha sufrido más por la muerte de alguien o por la migración de alguien. “También preguntas que tratan de antes y después. Las preguntas pueden tener efecto acumulativo. Podemos preguntar a una esposa qué tipo de relación tuvo el esposo con su madre y luego plantearle a él la misma pregunta. Estas referencias cruzadas de información pueden ser reveladoras y producir aún más revelaciones” (Hoffman,1987: 281). Estas indagaciones permiten adentrarse en la intimidad de la vida familiar e intentar explicar desde allí, por ejemplo, cómo se configura la decisión de migrar, y la posibilidad de la existencia de modelos replicables de generación en generación. En las entrevistas llevadas a cabo en el campo, la forma de representación arbórea de los genogramas no resulta ajena a los miembros del grupo en estudio, quienes se familiarizan rápidamente con el trabajo. Por otro lado, la co-construcción de los diagramas afianza la relación antropólogo-sujetos entrevistados, al lograr mayor proximidad y confianza, y promover la aparición y/o profundización de temas no previstos inicialmente o de difícil acceso, como el ya mencionado, de la presencia simultánea de dos o más mujeres en la vida de muchos de los hombres en Cabo Verde, tema que era soslayado, en un principio, en la mayor parte de las entrevistas, muy difícil de abordar con los hombres y frecuentemente enmascarado por las mujeres. Crear un genograma supone para McGoldrick y Gerson (2000) tres niveles: 1) trazado de la estructura familiar, 2) registro de la información sobre la familia, y 3) delineado de las relaciones familiares. 1. La columna vertebral de un genograma es una descripción gráfica de cómo diferentes miembros de la familia están ligados cosanguíneamente o por afinidad entre sí de una generación a otra. Este trazo es la construcción de figuras que representan personas y líneas que describen sus relaciones (McGoldrick y Gerson, 2000: 25). Los símbolos son similares a los utilizados por las clásicas genealogías. 2. La información sobre la familia incluye: la demográfica (edades, fechas de nacimientos y muertes, ocupaciones y nivel educacional.); el funcionamiento y sucesos familiares críticos, como transiciones importantes, cambio de relaciones, migraciones, fracasos, éxitos. Adicionalmente nosotros hemos consideramos también información sobre el origen geográfico, etnia, lengua, religión, entre otros. 3. Es el que aporta la diferencia más significativa respecto a las tradicionales genealogías: “comprende el trazado de las relaciones (ya no parentales sino de distancia vincular/afectiva) entre los miembros de la familia. Dichas caracterizaciones están basadas en el informe de los miembros de la familia y en observaciones directas. Se utilizan distintos tipos de líneas para simbolizar los diferentes tipos de relaciones entre dos miembros de la familia” (McGoldrick y Gerson, 2000:37) y si bien son difíciles de definir en forma operativa y tienen distintos tipo de connotaciones individuales y sociales, estos símbolos pueden ser útiles en la práctica para trabajar sobre las pautas vinculares entre, por ejemplo, madre/hijo; esposo/esposa; padre/hijo; hermanos; etc. (ver Figura 1)

Figura 1. Líneas de relaciones. Fuente McGoldrick y Gerson (2000: 37)

6. La interpretación / las categorías
Posteriormente McGoldrick y Gerson pasan a desarrollar algunas maneras posibles de encarar los genogramas, a partir de categorías, es decir, interpretarlos y elaborar hipótesis que nos permitan organizarnos a través de la masa de información arrojada por una familia. Estas categorías refieren a: 1) la estructura familiar, que incluye la composición de la familia, las constelaciones fraternas y las configuraciones familiares inusuales; 2) la adaptación al ciclo vital; 3) la repetición de pautas a través de las generaciones; 4) los sucesos de la vida y el funcionamiento familiar; 5) las pautas vinculares y triángulos, y 6) el equilibrio y desequilibrio familiar. Como antropólogos partimos de la premisa de que la idea de familia está socialmente construida,6 y para evitar su empleo unilateral, es decir, desde la perspectiva del investigador, testeamos -a partir de diversas fuentes (entrevistas, observación, fuentes escritas)- el valor descriptivo de las categorías que nos permiten examinar las redes genealógicas. Decidimos tomar solamente las cinco primeras, debido a que en virtud del carácter socialmente construido de la familia, la noción de equilibrio/desequilibrio manejada por los terapeutas familiares, no resultaba adecuada a la familia caboverdeana ni tampoco pertinente en el marco de la investigación, debido al carácter principalmente de diagnóstico terapéutico de la categoría.1. La composición familiar En los genogramas se evidencia cómo está constituida la familia: si es nuclear, diádica, extensa, poligámica (poligínica o poliándrica), si incluye miembros anexos.

Si la consideramos en términos de la antropología clásica, la familia elemental, “(o familia nuclear o aun familia restringida) es formada esencialmente por un hombre, su esposa y sus hijos” (Augé, 1978: 49). Es la más frecuente entre los caboverdeanos en Argentina.

Para el caso de Cabo Verde, las mujeres que comparten un mismo hombre que no reside permanentemente con ninguna de ellas constituyen junto a sus hijos las que Bernardo Bernardi (1978) llama “díadas” o “familias diádicas”.

La familia extensa es “resultado de la extensión, en el tiempo por intermedio de lazos de casamiento, de las relaciones entre padres e hijos” (Augé, 1978: 51), a la que algunos autores como René Konig (1971) llaman “ampliada”, muy frecuente en Cabo Verde. La familia compuesta o poligámica es aquella que resulta del casamiento plural, la poliginia o la poliandria. El primer término refiere a un grupo de dos o más familias nucleares emparentadas entre sí a través de un hombre que desempeña el papel de único marido (o padre); en realidad, se trata de dos o más unidades matricéntricas (constituida por una madre y sus hijos) ligadas, por intermedio de un lazo conyugal, a un mismo hombre (Augé, 1978: 50-51). El segundo, la familia poliándrica, es la constituida por una mujer, sus maridos y sus hijos.

Según Lévi-Strauss (1984: 18), “un buen número de las llamadas sociedades polígamas son auténticamente tales, pero muchas otras establecen una marcada diferencia entre la primera, estrictamente la única y auténtica esposa, dotada con todos los derechos que concede el status conyugal, y las otras que en ocasiones son poco más que concubinas”.

Para el caso caboverdeano, nosotros hablamos de cuasi poligamia, lo que Finan y Henderson (1988: 94) llaman informal polygyny y, más específicamente, de cuasi-poliginia, en virtud de que no existe un casamiento plural oficialmente reconocido, sino que hay un casamiento (un matrimonio) entre un hombre y una mujer, formalizado por vía civil y/o religiosa (en algunos casos dependiendo de la clase social), y otras uniones de ese hombre (“fuera del matrimonio”), aceptadas consuetudinariamente, en general conocidas por todos pero no exentas de conflictos. En Cabo Verde, para un observador ajeno a su cultura, los límites de la familia son difusos; podríamos hablar de flexibilidad (respecto de nuestro sistema) en las reglas de incorporación de miembros. A través de las genealogías y los genogramas se detectaron dos tipos de familia: la que corresponde a la que los antropólogos llaman familia extensa, pero en la que se incluyen, además de parientes consanguíneos y afinales, los espirituales y amigos; y la familia restringida a parientes consanguíneos, no importa cuán distantes sean, sintetizada en una frase común de los entrevistados: primo é de sangue, mulher muda. Las familias en Cabo Verde tienen en las mujeres su elemento estable, según dos modalidades. En una, la permanencia del hombre es secundaria (no efectiva) o marginal: si el hombre no sostiene económicamente a la mujer e hijos, no posee autoridad ni poder de decisión. En la otra, que adviene de la migración, el hombre contribuye con un apoyo económico regular, pero está ausente por períodos más o menos largos; toma las decisiones importantes de la vida familiar, pero si deja de enviar dinero, cambia al otro tipo de familia; si mantiene el soporte económico, queda garantizada la continuidad del sistema:
La mayoría tenía su familia en Cabo Verde y le mandaban plata casi todos los meses y de vez en cuando los iban a saludar, otros no venían nunca y mandaban guita. Porque el caboverdeano es medio raro, capaz que se casaban, tenían un hijo, se iba, estaba 27 años en Norteamérica y la mujer estaba en Cabo Verde con el hijo, pero eso sí todos los meses llegaba el dinero, el cheque de los dólares, todos los meses. (José, nativo caboverdeano de 60 años)
En el plano institucional, en Cabo Verde hay un matrimonio legal, un casamiento ante una autoridad religiosa, o civil, o ambas. Los hijos de esas uniones son los considerados “legítimos”, por lo que llevan el apellido paterno y heredan sus bienes.

Casado es una cosa, unido es otra... porque el unido, ahora no, porque ahora tanto va casado como unido, pero en aquellos tiempos a las chicas que se han unido con muchachos le dan poca consideración... (Carolina, nativa caboverdeana de 85 años)
También hay uniones libres, reconocidas socialmente pero no legitimadas por el casamiento civil y/o religioso. Los hijos de tales uniones pueden ser reconocidos o no por el padre. Si bien antes de la independencia de Cabo Verde no gozaban de los mismos derechos que los “legítimos”, después de sancionadas las leyes sobre casamiento, divorcio y filiación en 1976, y el nuevo código de familia en 1981, esa situación se modificó.

En una entrevista realizada en 1983 al primer Cónsul Honorario de la República de Cabo Verde, Joaquim do Santos, expresa lo siguiente:
Hay muchos casos con hijos sin reconocer por los padres, eso abunda, cualquier cantidad... hijos que no estaban reconocidos por el padre. Ahora creo que no tanto, un poquito se ha mejorado... (...) Hay un descalabro social bárbaro que estamos tratando de corregir
En el caso de las uniones que puede tener un hombre casado con una o más mujeres simultáneamente, los hijos, producto de estas uniones, se denominan filhos de fora.

El hombre caboverdeano quiere ser el superhombre, quiere tener cincuenta mujeres, tiene todavía el espíritu africano, no es uno solo que tiene dos, tres mujeres, o tiene la mujer, la esposa e hijos fuera... (Agustín, nativo caboverdeano de 72 años)
La situación es reconocida por las mujeres con las que cohabita el hombre y aceptada, no sin conflictos, por la primera mujer. Las mujeres pueden vivir en la misma localidad o en otras, en la misma isla o en otras, y también fuera del archipiélago.

2. Configuración fraterna Esta categoría se constituye a partir de considerar el orden en que se nace, el sexo y la diferencia de edad entre hermanos, la historia familiar en el momento del nacimiento de cada hermano, las características y expectativas respecto del niño, las actitudes e inclinaciones parentales sobre las diferencias sexo-género. A pesar de que estos temas han sido muy discutidos en la literatura, tanto antropológica como psicológica, no se ha llegado a un acuerdo sobre el rol de esas configuraciones en el desarrollo de la familia.
Mi padre me celaba mucho, mi mamá tenía más predilección por mi hermano, es normal, aparte había sido un chico que había caído enfermo... era varón, en esa época había que tener el varón... (Carolina, primera generación de descendientes de caboverdeanos, de 78 años)
Había entusiasmo de tener un varoncito, pero no lo tuve. Lidia decía a todo el mundo “va a ser varón”, todo el mundo esperando, cada uno había elegido un nombre para varón, Pablo, Eduardo. Todos esos nombres que se usaban en aquellos tiempos. Y cuando la partera me dijo, una nena, me pareció que me tiraban un balde de agua fría, y yo creía que no la iba a querer a Lidia, no le iba a tener cariño... todos me insultaban “chancletera”;7 no le hablaba a Lidia, no le hacía caricias, nada, yo pensaba que no la iba a querer. (Joana)

Joana, nacida en Cabo Verde, inmigró a la Argentina a los veinte años, hoy tiene casi 90 años. Tuvo sus dos hijas a los treinta años aproximadamente.

El sexo de preferencia (en Cabo Verde y en la Argentina), tanto en el nacimiento como en su posterior crianza, es el masculino. Si los hijos nacidos son mujeres se sigue intentando hasta “tener el varón”, porque no tener el varón “degrada”, “disminuye” a la mujer en el modo en que es valorada por los “otros”. Esta preferencia tiene que ver, sin lugar a dudas, con el modelo mediterráneo de familia de características patriarcales donde la mujer ocupa un lugar subordinado respecto al hombre, fundamentalmente en el plano público.8

3. Ciclo vital

Esta categoría se formuló por primera vez en sociología de la familia, aunque fue adoptada rápidamente por la antropología contemporánea. Se considera que una familia progresa a través de hitos o puntos nodales, como el abandono del hogar, el casamiento, el nacimiento de los hijos, su educación, la jubilación o retiro, entre otras. En cada punto nodal, la familia vuelve a organizarse para acceder a la fase siguiente.

Las etapas de nacimiento, crianza, casamiento, alejamiento del hogar y muerte, son consideradas centrales y las más ricas culturalmente en la vida de los caboverdeanos. Se celebran con rituales y festejos tradicionales y son una ocasión de encuentro, tanto en Cabo Verde como en los países de emigración.

Grinberg y Grinberg (1980, 1984), desde una postura psicoanalítica, y Sluzki (1979), desde la terapia familiar sistémica, cuando analizan la situación de la familia en el momento de la migración, consideran que las diferentes respuestas frente al cambio dependen de la fase del ciclo vital en que cada miembro de la familia se encuentre. A partir de los diagramas genealógicos se pudo ver que las familias caboverdeanas en Argentina sufrieron los mayores cambios el primer año, y que fue la madre quien mantuvo la estabilidad en esa etapa.
Yo tenía ganas de venir por los chicos, para que encontraran un mundo mejor... Tuvimos que dejar tres hijos allá... trajimos los dos más grandes y los más chicos, dejé los del medio, porque para traerlos tenía que pagar un pasaje entero para cada uno. Preferí traer los dos más chiquitos porque pagaban medio pasaje y los dos más grandes que ya directamente pagaban uno entero... Después de cuatro años se reunió la familia. Trabajé en una fábrica y fuimos juntando unos pesitos para traerlos... se adaptaron enseguida... Aprendieron el idioma más rápido que yo, jugando con los chicos. Lo importante de la Argentina es que los extranjeros son bien recibidos, yo nunca me voy a olvidar donde viví primero... todos los vecinos fueron buenos conmigo porque veían el sacrificio que hacía... mi hija mayor tenía 13 años en aquel tiempo, yo iba a trabajar y ella se quedaba con los chicos y con la casa... (Rosa)
Los niños se adaptaron rápido pero los adolescentes sufrieron el contraste social entre Cabo Verde y Argentina como fue el caso de dos hermanos: Victoria y Pedro, quienes llegados de Cabo Verde hacía aproximadamente dos meses con su padre, se manifestaron al respecto del siguiente modo:
Para mí hay una cierta diferencia. Porque allá, en Cabo Verde, yo puedo ir a cualquier parte, no hay ningún problema, tengo mis amigos, hacen fiestas, reuniones, etc. (...) Pero acá hay diferencia en un principio, porque hay que estar un tiempo para tener amigos... Es diferente porque vos vas a Cabo Verde y en menos de quince días tenés amigos que te llevan a cualquier parte. (Victoria)
La gente de allá es más abierta (...) si un extranjero pasa por la calle solamente con hablar ya tiene amigo. (Su hermano, Pedro)
A los adultos jóvenes, si bien les resultó difícil desconectarse de las fases anteriores de su vida, tuvieron mayor potencial de adaptación por la posibilidad de elección laboral y marital. Los ancianos de la familia, naturalmente, tuvieron menos oportunidades en ese sentido, como se muestra claramente en este fragmento del relato de Beatriz, una señora caboverdeana emigrada por su hijo residente en Argentina, aproximadamente a los 70 años de edad, al morir su esposo
Yo no me acostumbré nunca, ¿sabe por qué? Mi hijo era casado con una correntina y la correntina hablaba muy cerrado. Y los chicos también hablan muy cerrado y así que nunca pude agarrar las conversaciones. Mi hijo les decía que se sentaran conmigo y se quedaran diciéndome palabras para que yo pudiera aprender, pero nunca quisieron...

4. Sucesos de la vida y funcionamiento familiar

Esta categoría se refiere al modo en que macro y microeventos influyen en el funcionamiento familiar, concebido éste como una unidad que es parte de un contexto en el que la familia interactúa y del que cada miembro extrae capacidades para el logro de metas. Por ejemplo, las decisiones económicas tomadas en el seno de una familia inciden en forma directa sobre las expectativas, convivencia y estrategias de sobrevivencia, entre ellas, las migratorias, como se expresa claramente en los siguientes comentarios:

Sí, le voy a explicar, allá había gente que tenía propiedades, tenían tierras, a veces emigraban para ayudar, porque eso se da en Cabo Verde como se dio en Europa hace doscientos años, hace cien años, donde tenían muchos hijos donde la propiedad no alcanzaba para vivir todos, entonces usted sabe que es normal que el primigenio se ocupara de todas las propiedades de todas esas cosas, si no el segundo, y los demás quedaban... pero esas tierras ya no daban y si se querían casar, formar un hogar, etc. entonces embarcaban pero hasta el momento eran gente de algunos recursos, tenían medios de subsistencia... (José)
Para ellos [los caboverdeanos], era ya como una tradición [emigrar]... pasa lo siguiente vio, como es un lugar chico... y los caboverdeanos siempre mire, tuvieron el sueño de educar a los hijos, vendían casas, vendían propiedades, para educar a los hijos, se empeñaban para educar a los hijos. (Marcos)
De este modo podemos evaluar, además del impacto de diferentes cambios en una familia, cómo diferentes familias enfrentaron cambios similares, buscando contrastes e idiosincrasias en el funcionamiento familiar.

En los siguientes fragmentos de cartas escritas en la década de 1930 por parientes que viven en Cabo Verde a una de nuestras principales entrevistadas (María), radicada en Argentina, se manifiestan las dificultades existentes en el archipiélago para poder sobrevivir, para emigrar sin medios, las expectativas de progreso a través de la búsqueda de trabajo y del acceso a una mayor escolaridad; las redes parentales que se establecen como parte de las estrategias individuales y grupales, a fin de lograr las metas propuestas.
yo ya escribí a Armando para América pidiendo un auxilio a fin de obtener mis documentos legales para salir afuera de esta tierra... (Carta N.º 54)
Tía, yo mando a preguntar el estado de Buenos Aires porque yo quiero ir como polizón para allá, mándame la información... (Carta N.º 27)
... prima yo ya soy una chica de 17 años, próxima a los 18. Como ve una joven bastante crecidita que precisa trabajar para vivir. Más acá en Cabo Verde hay siempre dificultades para el trabajo... de instrucción tengo apenas cuarta clase, porque mamá no pudo darme más. Tenía inmensa voluntad de seguir estudiando, pero infelizmente no pude. Mas ahora le voy a explicar el motivo que me llevó a escribirle esta carta. Tengo una ambición tremenda de ser enfermera, pero para tomar ese curso es preciso ir a Lisboa para estudiar. Como sabe ella [la mamá] es pobre, ella no puede. No tengo una persona aquí en Cabo Verde que me ayude. Por eso yo le pedía que me ayudase a pagar el pasaje, que es la única dificultad para que yo vaya... (Carta N.º 18)
5. Pautas vinculares

Las pautas vinculares en las familias han sido caracterizadas como íntimas, fusionadas, hostiles, conflictivas, distantes, etc. “La complejidad de las relaciones familiares es infinita. Además, las relaciones cambian con el tiempo. A pesar de dicha complejidad, el genograma, puede, a menudo, sugerir pautas vinculares para ser investigadas más a fondo” (McGoldrick et al., 2000: 113).

María vino a la Argentina cuando tenía aproximadamente 14 años, se refiere a las relaciones entre parientes en el Cabo Verde de su niñez, en la década de 1940, de este modo:

A veces más que el parentesco entre los caboverdeanos, lo que hace es el trato, el cariño con que se quiere a ese primo, que a veces un primo de segundo y tercer grado pero se trata con tanto cariño que llega un momento que uno no sabe si son hermanos o hijos, no sé, es el cariño más que nada. (María, nacida en São Vicente)
Toda nuestra investigación reafirma que, más allá de los lazos parentales, independientemente de la distancia genealógica, están las relaciones de afecto (“de sentimiento”), de las que se espera el mayor grado de solidaridad y reciprocidad, lazos que caracterizan a la familia “tradicional” como opuesta a la “moderna” (Bestard, 1998). Estas relaciones, según Bourdieu (1977 y 1980), constituirían el “parentesco práctico”, que comprende no solo el conjunto de relaciones genealógicas en funcionamiento, sino también, el conjunto de relaciones no genealógicas que se pueden movilizar para las necesidades ordinarias de la existencia (“relaciones prácticas”).

“Cada grupo tiende a conservar, mediante un continuo trabajo de mantenimiento, una red privilegiada de relaciones prácticas” (Bourdieu, 1991: 277), esas relaciones son las que permitirán catapultar a los posibles emigrantes hacia fuera, insertarlos y sostenerlos, sobre todo en la primera etapa, en sus nuevos lugares de residencia,

Joao Sefarim, nacido en la isla de Santo Antão, nos relata cómo se construyen relaciones, que pueden considerarse parentales, desde el componente afectivo de la relación:

Yo con ellos no tengo hermandad de sangre, eso es lo que es la familia caboverdeana para comprender, nosotros nos tratamos como si fueran hermanos particularmente los más chicos, los mayores no, porque los mayores nunca estuvieron juntos, pero de Pedro para abajo mi mamá los crió igual que a mí, ella los tomó de chico de seis o siete años... y resulta que criamos juntos seguimos una relación familiar como hermanos... porque yo nací antes que todos ellos, cuando mi padre era soltero, entonces no hay una relación fluida (con los otros hermanos) como con estos hermanastros o “hermanos de crianza” como decimos nosotros, no, sanguíneamente no tenemos nada, nada, pero hay toda una relación de crianza, comimos en la misma mesa, dormimos en el mismo catre, o en la misma esterilla, como era costumbre en Cabo Verde en aquella época, de modo que la relación de familia en Cabo Verde es un asunto muy complejo. (João Serafim, 78 años, nacido en Santo Antão)
Si bien en el plano del modelo (tradicional del parentesco), en la categoría “hermano”, asociada a la sangre (“hermandad de sangre”, “sanguíneamente no tenemos nada”), se reconoce la distinción, en la práctica esta no se vive.

Junto a la participación central de la mujer en la vida económica de la familia en Cabo Verde, tenemos la existencia de un fuerte vínculo entre madre e hijos, como otra condición esencial para el desenvolvimiento de una tendencia matrifocal en las interacciones familiares

Madalena Tavares, ex funcionaria del Instituto de Apoyo al Emigrante de Cabo Verde, considera que, “Sin duda, la relación más fuerte es la relación entre madre e hijos. Es naturalmente así, envolviendo un cariño muy fuerte que viene desde el amamantamiento”.9

En general, al ser la responsabilidad sobre los chicos una función fundamentalmente femenina, cuando la madre trabaja o emigra, quedan a cargo de la hija mayor que tiene que desempeñar el papel de madre de los hijos más pequeños, o de la abuela (“mamá vieja”).

Muchos caboverdeanos (hombres y mujeres) residentes en Argentina, nos han hablado de los sentimientos que acompañaron la toma de la decisión de dejar a uno o varios de sus hijos en Cabo Verde, al cuidado de su abuela, paterna o materna, en el momento de emigrar.

Aneida Ramos, de la isla de São Nicolau, nos relató:
fui criada junto con mis abuelos y dos factores me llevaron a hacer parte de este tipo de agregado familiar, que va más allá de la convivencia de padres e hijos: la emigración y la separación de mis padres, hizo que cambiase la estructura de mi familia. Pero a pesar de haber vivido lejos de mis padres, y no haber apreciado mucho el regazo de ellos, a no ser en las vacaciones, a lo largo de mi historia de vida, fui premiada gracias a los valores y costumbres que me fueran trasmitidos a través de mis abuelos...
Respecto de “los valores y costumbres” transmitidos de generación en generación, los caboverdeanos nos hablan de la “solidaridad”, que en las zonas rurales de Cabo Verde se llama junta mon, juntar las manos, en referencia a la ayuda que se brindan familiares y vecinos para levantar la cosecha o construir una casa, trabajo colectivo que también vemos en varios países latinoamericanos. Esta solidaridad se dio en la Argentina en los primeros tiempos de la inmigración, no solo entre caboverdeanos, sino con vecinos de otros orígenes, pero hoy ha quedado reducida a la solidaridad en casos de enfermedad o de muerte.

También poseen otro término para una cualidad que los enorgullece y que asumen que caracteriza al caboverdeano, la morabeza: el amor por el otro, hacer todo para bien del otro. Como ya señalamos en páginas anteriores, McGoldrick y Gerson en base a lo postulado por Bowen, consideran que las familias repiten pautas a través de las generaciones. Las pautas en una generación suministran modelos implícitos en las generaciones siguientes. Este fragmento de una entrevista realizada a Ernesto, emigrado en la década de 1940, casado con una argentina, muestra claramente cómo a nivel del grupo doméstico se sigue reproduciendo generacionalmente el modelo familiar caboverdeano en el que es la mujer la que maneja la economía, pero es el hombre el que detenta la autoridad.
En mi casa es costumbre manejarse al estilo de Cabo Verde... si yo preciso plata le pido a mi mujer y me da... cobro mi jubilación, se la entrego, preciso cinco, diez pesos y se acabó, ni me pregunta para qué lo quiero, ni para qué lo dejo de querer, ni para qué lo necesito... inclusive la cuenta bancaria la maneja ella, porque es la costumbre nuestra. En mi casa mi mamá manejaba todo.
Las familias llevan consigo en la migración no solo su cultura sino también los estilos, modos, valores y mitos específicos que constituyen una visión ad hoc del mundo y de su historia. Pero, advierte Sluzki (1998), lo que se haya evitado en una generación aparecerá en la siguiente, generalmente expresado como choque entre generaciones. Este choque se hace evidente en familias que han estado en guetos, por opción o por la fuerza, en el país de adopción. Este no es el caso de los caboverdeanos en Argentina.

Aunque el barrio étnico sea una variante de menor intensidad, una vecindad con integrantes del país de origen constituye un medio que amortigua la exposición. Sin embargo, si la segunda generación se ha socializado con las normas y valores del nuevo país, es muy probable que la relación asuma la forma de conflicto intergeneracional. Tal es el caso de algunos de los descendientes de inmigrantes criados en Argentina, que interactúan activamente con la sociedad local a través de escuelas públicas, medios de comunicación y contactos formales e informales diversos, e introducen en la familia valores y costumbres radicalmente distintas, haciendo aflorar conflictos postergados. Actualmente, algunos jóvenes líderes caboverdeanos, mujeres en su mayoría, han hecho público, por diversos medios, actos de discriminación de los que ellos y otros miembros de su comunidad han sido objeto, constituyéndose en portavoces de situaciones que, por generaciones, se han mantenido ocultas. Este comportamiento ha tenido consecuencias en sus relaciones familiares y grupales por la aparición de conflictos con las viejas generaciones de inmigrantes caboverdeanos que han rechazado estas interpretaciones. Rechazo que se explica en el contexto de una historia previa, tanto en Cabo Verde como en Argentina, de mitos y realidades de la convivencia armónica de “razas”, la no discriminación, el blanqueamiento y la “invisibilización”, temas que han motivado otros trabajos.10
7. Conclusiones
Como fue expresado en la Introducción, este trabajo tuvo como principal objetivo reflexionar sobre algunas cuestiones metodológicas, en relación con nuestra investigación sobre el parentesco y la familia de los caboverdeanos en un contexto migratorio. Particularmente, nos detuvimos en el uso de genogramas puestos en práctica como herramienta complementaria a las clásicas genealogías de las cuales se sirven la Antropología y la Sociología. Asimismo, como todo instrumento metodológico, su utilización estuvo convalidada dentro de un marco teórico/epistemológico, que ofrece el contexto para su significación. Este marco, involucra una visión poliocular, donde las aproximaciones parciales a los fenómenos migratorios (históricas, sociológicas, demográficas, psicológicas, antropológicas) adquieren un nivel de integración que permite un abordaje de la compleja problemática de la migración. Dentro de ésta, las interacciones entre grupos, el contacto cultural, la familia, la identidad y la etnicidad son nociones que se hallan íntimamente vinculadas y que se tratan en conjunto, dando por resultado nuevos modelos explicativos. El “recorte” del objeto de estudio (en este caso, la organización familiar de los caboverdeanos), fue el producto, a través de la práctica misma de elaboración de los “genogramas”, de una “co-construcción” entre el investigador y los sujetos entrevistados, la que se realizó durante el desarrollo mismo del proceso de investigación. De este modo, al abordaje poliocular se agrega, entonces, el carácter interactivo y polifónico de esta propuesta metodológica. Sin descuidar los aportes de otras técnicas, como la observación con distintos grados de participación, la entrevista, la historia de vida y las genealogías, los genogramas -provenientes del campo de la terapia familiar- nos ayudaron a pensar de manera sistemática, a través de una serie de categorías (la estructura familiar, el ciclo vital, la repetición de pautas a través de las generaciones; los sucesos de la vida, el funcionamiento familiar y las pautas vinculares) la gran masa de información obtenida de una familia. Sobre todo nos permitieron rastrear y manejar situaciones, muchas veces cargadas de emociones, que se constituyeron en problemáticas en el pasaje desde Cabo Verde a la Argentina, como las transiciones de ciclos vitales y los rituales que los acompañan; la relación entre hombres y mujeres; los hijos que se dejaron en Cabo Verde, entre muchas otras. Como antropólogos consideramos el término familia como un término relativo definido de manera empírica por el contexto (en su más amplio sentido). En el caso de la/s familia/s caboverdeana/s la inclusión o exclusión de parientes no es una cuestión de criterios estrictamente formales como la distancia genealógica, o el grado de consaguinidad y afinidad (también relevados por las genealogías), sino de diversos tipos de relaciones, prioritariamente afectivas que expresan un sentido de identidad con determinadas personas, que los genogramas permiten explorar en profundidad. Finalmente podríamos decir un tanto metafóricamente, que el genograma es una ventana desde donde ver a la familia, en nuestro caso, del inmigrante y sus descendientes, en una perspectiva amplia, ligando el presente al pasado y su proyección al futuro, vinculando dimensiones diversas de lo social, lo económico, afectivas y de género, generacionales y políticas, tenidas en cuenta en su interpretación. Es así como esta técnica junto a las otras, que los antropólogos habitualmente usamos, hace su aporte al análisis del complejo fenómeno de la migración y su profunda repercusión en la vida familiar.Agradecimientos: Al Dr. Pablo Rodríguez por la atenta lectura del manuscrito y las excelentes sugerencias realizadas, así como a los evaluadores del trabajo.
Notas

1 Sus nombres fueron alterados para evitar su identificación. Algunos han fallecido y las edades referidas son las que la persona tenía al momento de la entrevista.

2 La noción de etnicidad, que implica “un sentido de comunidad, grupo, conjunto, trasmitido por generaciones por la familia, y reforzado por el resto de la comunidad; es más que raza, religión u origen nacional o geográfico, incluye procesos conscientes e inconscientes que llenan una profunda necesidad psicológica de identidad y continuidad histórica” (Giordano y Giordano, 1977). La etnicidad “impregna nuestro pensamiento, sentimiento y comportamiento de maneras obvias o sutiles, cómo nos relajamos, cómo celebramos vacaciones y rituales y cómo sentimos acerca de nuestras vidas, muerte y enfermedad” (McGoldrick, Pearce y Giordano, 1982).

3 Para ampliar la información sobre la migración caboverdeana en Argentina pueden consultarse Maffia (1986, 1993, 2003, 2010).

4 No queremos dejar de señalar los importantes aportes que han realizado Daniel Bertaux e Isabelle Bertaux-Wiame en los campos disciplinarios de la historia y la sociología con sus trabajos sobre “El método de genealogías sociales comparadas” (Bertaux 1980; 1992; Bertaux & Bertaux-Wiame, 1988).

5 Los procesos circulares constituyen el interés central de la cibernética en la cual innumerables elementos de un sistema son recíprocamente contingentes e influyen sus conductas entre sí de una manera compleja (64).

6 La familia es un principio de construcción de la realidad social, es decir, ha sido socialmente construido y es común a todos los agentes que han sido socializados de determinada manera. “Dicho de otro modo, es un principio de visión y división común, un nomos que todos tenemos en el espíritu, porque nos ha sido inculcado a través de un trabajo de socialización operado en un universo que estaba, en sí mismo, organizado según la división en familias.” (Bourdieu, 1996: 129).

7 “Chancletera” proviene del término de uso popular en Argentina “chancleta” con el que se designa a las niñas.

8 Este tema fue tratado en la ponencia “Familia de inmigrantes caboverdeanos en Argentina”, presentada en el Grupo de Trabajo: Parentesco y familia, en el VII Congreso de Antropología Social realizado en la ciudad de Salta en septiembre de 2006.

9 Maria Madalena Tavares, citada por Braz Días, J. (2000: 171).

10 Para una mayor profundización sobre ese tema, véase Maffia (2004).

Bibliografía
Augé, M. (dir.) (1978). Os dominios do Parentesco (Filiação. Aliança matrimonial. Residência). Lisboa: Edições 70.

Bateson, G. (1972). Pasos hacia una ecología de la mente. Buenos Aires: Lohlé.

Bateson, G. (1980). Espíritu y naturaleza. Buenos Aires: Amorrortu. Bjerg, M. y Boixadós, R. (eds.) (2004). La familia. Campo de investigación interdisciplinario. Teorías, métodos y fuente. Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmes.

Bertaux, D. (1980). L’Approche biographique: sa validite methodologiqué, ses potentialités. Cahiers Internationaux de Sociologie, vol. LXIX, 197-225.

Bertaux, D. (1992). Famillies et movilité sociale. La méthode de généalogies sociales comparées. En: A. Nunes de Almeida, M. Das Dores Guerreiro, A. Torres y K. Wall (Eds.). Famillies et contextes sociaux (315-338). Lisboa: CIES/ISCTE.

Bertaux, D., y Bertaux-Wiame, I. (1988). Le patrimoine et sa lignée: transmissions et movilité sociale sur cinq générations. Life Stories/Récits de Vie, N.º 4,8-25.

Bestard, J. (1998). Parentesco y modernidad. Barcelona: Paidós.

Bourdieu, P. (1977). Outline of a theory of practice. Cambridge: Cambridge University Press. (Trad. del francés al inglés de Esquisse d’ une théorie de la practique).

Bourdieu, P. (1996). Razões Práticas. Sobre a teoria da ação. São Paulo: Papirus Editora.

Bourdieu, P., y Wacquant, L. (1995). Respuestas para una antropología reflexiva. México: Grijalbo.

Bowen, M. (1978). Family Therapy in Clinical Practice. New York: Jason Aronson.

Braz Dias, J. (2006). Projetos migratórios e relações familiares em Cabo Verde. REMHU- Revista Interdisciplinar da Mobilidade Humana, Vol. XIV, 26/27, 23-54.

Fabian, J. (1983). Time and the Others. How anthropology makes its objets. New York: Columbia University Press.

Finan, T. y Henderson, H. (1988). The logic of Cape Verdean Female-Headed Households: Social response to Economic Scarcity. Urban Anthropology, Vol. XVII. (1), 87-103.

Giordano, J., y Giordano, G. P. (1977). The Ethno-cultural Factor in Mental Health: A Literature Review and Bibliography. Nueva York: Institute on Pluralism and Group Identity.

Grinberg, R., y Grinberg, L. (1980). Identidad y cambio. Buenos Aires: Paidós.

Grinberg, R., y Grinberg, L. (1984). Psicoanálisis de la migración y el exilio. Madrid: Alianza.

Héritier, F. (1981). La encuesta genealógica y el proceso de datos. En: R. Cresswell y M. Godelier, Útiles de encuesta y de análisis antropológicos (239-283). Madrid: Editorial Fundamentos.

Hoffman,L. (1987). Fundamentos de la terapia familiar. México: Fondo de Cultura Económica.

Konig, K. (1971). Familia. En: VV.AA. Sociología. Lisboa: Meridiano.

Lévi-Strauss, C. (1984). La familia. En: C. Lévi-Strauss y otros. Polémica sobre el Origen y la Universalidad de la familia(7-49). (Serie: Sociología y Antropología) Barcelona: Anagrama.

Lewis, O. (1964). La antropología de la pobreza. México: Fondo de Cultura Económica.

Lewis, O. (1969). La vida. México: Mortiz.

Maffia, M. (1986). La inmigración caboverdeana hacia la Argentina. Análisis de una alternativa. Trabalhos de Antropología e Etnología, Porto, Vol. xxv, 191-207.

Maffia, M. (1990). La técnica genealógica en la investigación antropológica. Trabalhos de Antropologia e Etnologia, Porto, Vol. xxix, 99-119.

Maffia, M. (2004). La emergencia de una identidad diaspórica entre los caboverdeanos de Argentina. Global Migration Perspectives, Serie editada por Global Commission On International Migration (GCIM), N.º 13, octubre.

Maffia, M. (2010). Desde Cabo Verde a la Argentina. Migración, parentesco y familia. Buenos Aires: Editorial Biblos/Colección La Argentina Plural.

McGoldrick, M. y Gerson, R. (2000) (primera edición 1982). Genogramas en la evaluación familiar. Buenos Aires: Gedisa. Porqueres i

Gené, E. (2008). Genealogía y antropología. Los avatares de una técnica de estudio. Buenos Aires: Del Puerto.

Rivers, W.H.R. (1910). The Genealogical Methods of Anthropological Inquiry. The Sociological Review, N.º 3, 1-12.

Rocha-Trindade, M.B. (1995). Sociologia das Migrações. Lisboa: Universidade Aberta.

Sluzki, C. (1979). Migration and Family Conflict. Family Process, 18(4), 379-85.

Sluzki, C. (1998). El proceso de migración: un experimento natural en disrupción y reconstrucción de la red social. En: La red social: frontera de la práctica sistémica. Barcelona: Gedisa.

Schneider, D. (1972). What is Kinship All About? En: P. Reining (Org.). Kinship Studies in the Morgan Centennial Year. Washington: Anthropological Society of Washington.

Simon F.B., Stierlin, H. y Wynne, L.C. (1997). Vocabulario de terapia familiar. Buenos Aires: Gedisa.

Fecha de recibido: 19 de agosto de 2012
Fecha de aceptado: 30 de diciembre de 2013

Esta obra está bajo licencia
Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 Argentina