RELMECS, junio 2014, vol. 4, no. 1, ISSN 1853-7863
Universidad Nacional de La Plata - Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Centro Interdisciplinario de Metodología de las Ciencias Sociales.
Red Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales

Reseñas/Reviews

Trabajo, estética de la producción y escenas sociales. Etnografías multi-integradas de Florence Weber

Gonzalo Assusa

Instituto de Humanidades (CONICET- Universidad Nacional de Córdoba) (Argentina)

Reseña de: Weber, F. (2009). El trabajo paralelo. Estudio de etnografía obrera. Río de Janeiro: Garamond.

Cita sugerida: Assusa, G. (2014). Trabajo, estética de la producción y escenas sociales. Etnografías multi-integradas de Florence Weber [Revisión del libro El trabajo paralelo. Estudio de etnografía obrera, por. F. Weber]. Revista Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales, 4(1). Recuperado dehttp://www.relmecs.fahce.unlp.edu.ar/article/view/relmecs_v04n01a06.

1. Sobre el libro

Trabalho fora do trabalho (2009) fue por primera vez publicado en 1989 en idioma francés, con el título Le travail à côté. Etude d'ethnographie ouvrière. Esta obra de Florence Weber es resultado de una investigación etnográfica realizada durante finales de la década de 1970 y principios de la de 1980, en la villa industrial de Montbard, en el medio rural francés. El libro se organiza en tres partes. La primera presenta los principios metodológicos que informaron esta etnografía, la reflexividad de la investigadora en el trabajo de campo y el método analítico conceptual. La segunda parte presenta una descripción y análisis de las formas y funciones del trabajo paralelo y sus distintas tipologías (la bricole1, el ideal de profesión independiente y el segundo salario). La tercera parte muestra los vínculos entre filiaciones sociales y filiaciones locales, realizando un proceso de conceptualización en torno a la idea de escenas sociales a partir del material etnográfico presentado. Por último, el libro presenta una conclusión, sobre los gustos populares, y un posfacio redactado en 2009, proponiendo una reelaboración en torno a la perspectiva de una etnografía de las percepciones.

2. Los lugares de la producción y la reproducción: implicaciones metodológicas para la sociología y la antropología del trabajo

La etnografía de Florence Weber se muestra como un esfuerzo teórico metodológico de relevancia para pensar conjuntamente dominios que se han configurado -en apariencia- como separados: el lugar de la producción (la fábrica o el trabajo en general) y el lugar de la reproducción (la residencia). Al preguntarse por la implantación espacial de las prácticas de trabajo y ocio en el mundo obrero, la autora debe realizar un proceso de autoanálisis (Bourdieu, Passeron y Chamboredon, 2008 [1964]) crítico de las prenociones (tanto nativas como académicas) dando lugar a una comprensión compleja de un fenómeno de “ocio” con características de “trabajo”. De esta manera, si la primera pregunta de investigación de Weber se orientó a analizar los procesos de diferenciación interna entre fracciones de la clase obrera, su meta-reflexión metodológica la obligó a cuestionar el lugar de los “dominios” de la realidad en relación con los “dominios” a partir de los cuales la investigadora misma ingresó al campo etnográfico (en el caso de Weber, las dificultades que sus marcas de clase y género le implicaron para entrar a un espacio como el de la fábrica industrial, y sus facilidades para acceder al espacio doméstico y residencial de la villa).

En este sentido, la construcción conceptual de la noción de “trabajo paralelo”, implica un proceso de reflexividad metodológica para exotizar categorías emic de la clase media (como el término “noble” de ocio y la “ideología del tiempo libre”). A partir de este proceso, Weber intenta registrar y analizar en términos de “trabajo paralelo” un conjunto teóricamente coherente de prácticas, entre lo privado, oculto y substraído a la fábrica; fundamentalmente ambiguas, como un continuum entre el “gusto” y la “necesidad”. Su objetivo es la observación de comportamientos fuera de la fábrica, buscando valores y gustos positivos que permitan explicar ciertas prácticas obreras sin reducirlas a una simple sumisión a la necesidad.

El trabajo paralelo, en este sentido, se muestra como una construcción de los obreros que combina el lenguaje de la necesidad económica y el lenguaje del pasatiempo; pero que a la vez resitúa los elementos positivos asociados a la legitimidad y la dignidad del trabajo (masculino), en el ámbito residencial (fuera de la fábrica, y por lo tanto, fuera del control patronal), aunque diferenciado del espacio de la casa (dominio femenino, valorativamente negativo, asociado a la sensación de encierro para los varones de clase obrera).

Este conjunto de prácticas incluye, en primer lugar, la bricole, hacer “artístico” de los obreros y ámbito resistente a la circulación monetaria, anclado en las obligaciones morales y en la competencia por la generosidad, según el esquema clásico de la economía del don (Mauss, 2009 [1924]), fuertemente vinculado al mundo de los alimentos como parte fundamental de las prácticas domésticas de reproducción material y simbólica. En segundo lugar incluye el oficio independiente, ya mercantilizado y con aspiraciones a profesión independiente. Por último, incluye también el segundo salario, en donde las relaciones de dependencia salariales se intersecan con vínculos personalizados patrón-empleado, abriendo nuevos márgenes de negociación y flexibilidad en sus relaciones. La totalidad de estas prácticas obreras está atravesada por una serie de evaluaciones morales en torno a clasificaciones que oponen lo mercantil y lo no-mercantil, las formas obreras y las estrategias de abandono de clase (pretensión de ascenso social), la dependencia y la autonomía. La profunda articulación familiar y colectiva de estas prácticas (la necesaria colaboración de las mujeres en algunas de estas tareas, las dificultades que éstas sufren para su inserción en el mercado laboral local que hace y que hacen a su vez más plausible una segunda ocupación masculina, etc.) es otra de las constantes del análisis del libro.

3. Etnografías multi-integradas: las lógicas del trabajo de campo

Uno de los principales aportes del libro para la antropología en general y para la tradición de la antropología del trabajo, la antropología industrial y las etnografías en medios obreros en particular, se centra en sus desarrollos metodológicos a partir de las limitaciones de Florence Weber en su trabajo de campo.

La dificultad para la construcción de relaciones de confianza para su investigación en el marco de un lugar profundamente regido por códigos de masculinidad obrera como la fábrica de Montbard, orientaron su ingreso al campo hacia el espacio residencial de la villa. De esta manera, la autora debió ofrecer conexiones conceptuales y metodológicas entre “discursos”, “prácticas” y “posiciones”, de los obreros y sus familias dentro y fuera del espacio de la fábrica.

Esto conlleva un desarrollo conceptual en torno a las escenas sociales, como subconjunto de relaciones orientadas por una práctica en el conjunto de las relaciones tejidas por un individuo (Weber, 2009 [1989]: 193), noción que le permite, a la vez, abordar un conjunto de “dominios” de la realidad social, construyendo diferentes situaciones de interacción, con sus particulares códigos (de saludos, de cortesía, de intercambio), sin por ello abandonar la noción más estructural de “campo”, aunque con la precaución de no autonomizar prematuramente un dominio bajo el supuesto funcionamiento de un “mercado” o un “campo de fuerzas”. De esta manera, reconstruye una serie de homologías posibles (entre la escena residencial, parental, deportiva y profesional) en un contexto como el de Montbard, de relativa fusión de las escenas profesional y residencial.

Un ejemplo del funcionamiento de este análisis es el de la reconstrucción de acusaciones de “orgullo” y “envidia” entre las familias obreras, como relaciones sociales que oponen personas que tienen pretensión de iguales, y que, por lo tanto, entablan relaciones de rivalidad entre pares (pertenencia conflictiva a un mismo campo de concurrencia en un marco de interconocimiento y comparación). De esta manera, Weber construye como totalidad las posibilidades que, tanto por exclusión (el orgullo como acusación de pretensión de aburguesamiento de la clase obrera) o por reafirmación de la pertenencia (envidia como afirmación de la relación social de igualdad y conmensurabilidad de las posiciones) regulan las tendencias centrífuga y centrípeta de un mismo campo de concurrencia.

Es así que, en este libro, Weber plasma el proceso investigativo que la lleva a formular, luego, su propuesta de etnografía multi-integrativa (Weber, 2001): recuperando la propuesta de interaccionismo metodológico de Elías (Elías y Scotson, 2000 [1965]), plantea un tipo de análisis de las escenas sociales que, como etnografía ubicada siempre en la intersección de grupos o figuraciones (escuela, redes, vecindad, etc.), pone el énfasis en la realidad de cadenas de interconocimiento e interdependencia que constituyen más ampliamente el nivel de funcionamiento estructural de los “campos”.

En esta propuesta metodológica, los obreros, como personas, aparecen como puntos de intersección de múltiples escenas de interconocimiento, y sus trayectorias personales como una sucesión de puntos de intersección construida en y a través de la interacción. No son individuos jugando el juego abstracto del mercado, sino personas definidas por sus relaciones (tanto estructurales como inter-personales), sus objetos, sus territorios (Weber, 2001).

4. Estética de la producción: una crítica de la tesis de la “elección de lo necesario”

El profundo proceso de relativización de esta construcción conceptual en torno al trabajo paralelo, y la reflexividad teórico-metodológica construida a partir del abordaje etnográfico de un conjunto de escenas sociales, le permite a Weber proponer una serie de análisis novedosos en torno a dos cuestiones fundamentales para la sociología y la antropología.

La primera, la paradoja de interpretar estas formas de trabajo fuera de la fábrica (lógica laboral penetrando en el tiempo de -supuesto- “ocio”) como formas de resistencia-contra-la-fábrica, o bien como muestras de la sumisión incorporada de los obreros a la disciplina laboral. El abandono de prenociones académicas (como la del “odio” obrero a la fábrica), y la apertura a la multiplicidad de evaluaciones contextuales y particulares acerca de los desplazamientos e influencias exteriores de la fábrica, le permitieron a Weber la comprensión de los gustos “fuera” del taller industrial solo en relación con lo que sucedía “dentro” del mismo, y en ese sentido, rescatar la ambigüedad de una práctica que articula el discurso del placer (acumulando prestigio en determinadas escenas sociales) con el discurso de la necesidad (en términos de la asistencia social).

La segunda, la crítica a la tesis bourdieusiana de la cultura popular como la “elección de lo necesario” (Bourdieu, 2006 [1979]), en donde la disposición subjetiva a elegir es, por definición, una carencia estética per se, en el sentido de la definición legítima del “arte por el arte”. La reconstrucción de las homologías entre las distintas escenas sociales de la villa obrera le permite a Weber mostrar que la estética de la producción y el gusto por la actividad implican una particular forma de percepción y sentimiento estético, de apreciación por el trabajo “bien hecho”. Para esto, resultó central mostrar que el trabajo paralelo se compone de un elemento a la vez activo (trabajo efectuado para sí) y productivo (resultado de una actividad), que se contrapone como forma específicamente popular, interesada por las condiciones de producción del mundo sensible, a la estética de la contemplación, caracterizada por la exterioridad en relación a los productores y por la abstracción de la producción del mundo sensible. De esta manera, la autora restituye la lógica práctica de la vida cotidiana obrera sin reenviar sus manifestaciones en el tiempo-fuera-de-la-fábrica al ámbito de relaciones de dominación simbólica, no necesariamente omnipresentes en la totalidad de estas escenas sociales.

Notas

1 El vocablo, que en la edición portuguesa aparece en francés, refiere a distintas formas de arte popular, bricolaje, manualidades, producción agrícola y trabajos de reparación, que combinan un saber-hacer práctico de oficio, cierta destreza manual, y un cierto sentido estético.

Bibliografía

Bourdieu, P. (2006 [1979]). La distinción: criterios y bases sociales del gusto. Madrid: Taurus.

Bourdieu, P., Chamboredon, J. C. y Passeron, J. C. (2008 [1968]). El oficio de sociólogo. Presupuestos epistemológicos. Buenos Aires: Siglo XXI.

Elías, N. y Scotson, J. L. (2000 [1965]). Os establecidos e os outsiders. Sociologia das relações de poder a partir de uma pequena comunidade. Río de Janeiro Jorge Zahar Editor.

Mauss, M. (2009 [1924]). Ensayo sobre el don. Forma y función del intercambio en las sociedades arcaicas. Buenos Aires: Katz.

Weber, F. (2008 [1989]). Trabalho fora do trabalho. Uma etnografia das percepções. Rio de Janeiro: Garamond.

Weber, F. (2001). "Settings, Interactions and Things: A Plea for Multi-Integrative Ethnography". Ethnography, Nro. 2, pp. 475-499.

Recibido: 14 junio de 2014.
Aceptado: 23 de junio de 2014.
Publicado: 30 de junio de 2014.