RELMECS, diciembre 2016, vol. 6, no. 2, e008, ISSN 1853-7863
Universidad Nacional de La Plata - Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Centro Interdisciplinario de Metodología de las Ciencias Sociales.
Red Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales

PRESENTACIÓN

 

 

La unidad de la ciencia social, ese desideratum

 

Denis Baranger

 

Cita sugerida: Baranger, D. (2016). La unidad de la ciencia social, ese desideratum. Revista Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales, 6(2), e008. Recuperado a partir de: http://www.relmecs.fahce.unlp.edu.ar/article/view/relmecse008

 

Andrew Abbott es uno de los soci ólogos contemporáneos más importantes. Entre muchos otros libros, es el autor de un texto insoslayable sobre la sociología de las profesionesi, así como de una ejemplar historia del Departamento de Sociología de Chicago y del American Journal of Sociologyii. En el artículo que abre el presente número, trabajo que hasta el presente sólo fue objeto de publicación en una traducción al alemán, Abbott realiza una síntesis de las principales ideas que ha venido elaborando desde Chaos of Disciplines en adelante. Chaos es uno de los libros de ciencias sociales más sugerentes del siglo XXI, por lo cual esta presentación sin duda habrá de ser del máximo interés tanto para quienes se ocupan de metodología como de teoría o de sociología de las ciencias sociales, terrenos en los cuales Abbott ha producido innovaciones que considero fundamentales.

Ubicado en una posición central dentro del campo sociológico norteamericano, que se nos aparece como dotado de todos los atributos de una sólida estructuración (o que cuanto menos los presenta en mucho mayor grado que en nuestros países), Abbott, en tanto fino conocedor del mismo, está en condiciones de dar cuenta de una situación que deviene de la fragilidad epistemológica consustancial a las ciencias sociales, y de interrogarse sobre los límites de la noción de progreso para nuestras disciplinas.

Empero, limitarse a la constatación banal de un "nada nuevo bajo el sol", o al mito nietzscheano del eterno retorno, serían modos de errarle al fondo de la cuestión de dar cuenta del moderado escepticismo de Abbott respecto a la cuestión del avance del conocimiento en el ámbito de las ciencias sociales. Prefiero ver en Abbott a un optimista realista para quien la riqueza de la sociología depende de que "el mapa global de los enfoques posibles en la ciencia social" ‒el "espacio de los posibles", diría Bourdieu‒ sea explorado en su totalidad, sin dejar regiones vacías.

De este modo, su perspectiva extiende la del pluralismo sociológico tal como fue expuesta por Passeroniii, pero profundizando en el detalle con el que aborda las diferencias intra e interdisciplinares. Lo cual hace evidente que el concepto de paradigma de Kuhn no alcanza a dar cuenta de esas diferencias. De ahí que Abbott pergeñe la idea de "paradigmas generacionales": si Kuhn describía al cambio de paradigma como "gestáltico", y lo concebía como irreversible, Abbott lo plantea como obedeciendo a procesos de distinción tan normales cuan inevitables.

Aunque no es seguro que Bourdieu hubiera suscripto el carácter "cultural" que Abbott le presta a su propio modelo, el modo en que en éste se describe el "cambio" paradigmático es compatible con una visión de los campos científicos en los que se enfrentan estrategias de conservación y de subversión, ahora especificadas en términos de una dinámica cuyas fuentes son básicamente demográficas. Cabe destacar el recurso a la idea de fractal, un concepto matemático cuyo uso, en este caso, no es puramente metafórico-decorativo (como ocurre tantas veces con autores menos rigurosos, puestos a especular en base a interpretaciones de sentido común acerca del teorema de Gödel o de otros tópicos análogamente famosos del pensamiento científico), sino que es introducido hábilmente para dar cuenta del pensamiento de Kant y de Parsons antes de aplicarlo al objeto de su indagación.

Así las cosas, no hay solución mágica alguna para el problema del pluralismo, por lo que sólo cabe tomar cuenta de ese estado de situación que imposibilita la consecución de una ciencia social (superando las divisiones, tanto paradigmáticas como disciplinares) y resignarse a producir aportes sectoriales, acumulables a nivel local, confiando en que la naturaleza colectiva del sujeto ‒el campo científico‒ tiende a crear las condiciones para que, a la larga, no quede inexplorada ninguna alternativa fructífera.

El resto de los artículos incluidos en este número, conforme a la vocación de la ReLMECS, constituye una buena ilustración de las tesis de Abbott y de Passeron acerca de la diversidad de estilos metodológicos que caracterizan a la ciencia social.

El trabajo de Rigotti abreva básicamente en Foucault, para ahondar en su idea de la arqueología "en tanto método que permite indagar los discursos para reconstruir la episteme de una época". Para el caso, se trata de un capítulo dentro del más amplio y no poco ambicioso proyecto de dar cuenta de la episteme contemporánea. Para explicitar el procedimiento arqueológico Rigotti apela al razonamiento abductivo peirciano y a los desarrollos del mismo a cargo de Eco y de Ginzburg, con su paradigma indicial.

La cuestión de la diversidad disciplinar y paradigmática se encuentra en el centro de las preocupaciones de Villarruel Fuentes. Partiendo de la necesidad de inculcar al aprendiz de ciencia el hábito de la reflexión epistemológica, se plantea una propuesta de reelaboración de los conceptos kuhnianos para codificar los elementos a tener en cuenta en los distintos niveles del proceso de investigación.

El artículo de Seid, Fernández y Malegarie aborda un tema de la enseñanza de la metodología cuantitativa: el caso de la lectura de datos. Formulan en esta línea una serie de recomendaciones que podrán ser de utilidad para quienes estén dedicados a esa actividad.

Por su parte, Emiliozzi se embarca en una reflexión epistemo-metodológica, recurriendo a Foucault pero sobre todo a Lacan, para construir el sujeto de la educación, como un prolegómeno indispensable para encarar el estudio del sujeto de la Educación Física en la Provincia de Buenos Aires.

En una región muy distante de los anteriores en un hipotético plano factorial en el que pudiera proyectarse el abbottiano mapa global de la ciencia social, el artículo de Varela y Barandiarán parte de preguntarse "¿Cuáles son las variables predictoras más relevantes para la comprensión de las orientaciones de los estudiantes hacia el entramado institucional?", y "¿Qué perfiles de estudiantes se pueden establecer en función de sus orientaciones hacia dicho entramado?". Para responderlo se basan en una triangulación de resultados de dos técnicas de análisis estadístico: el análisis factorial de varianza y el análisis de árboles de clasificación.

Completa este número una interesante reseña a cargo de Mauricio Phélan del libro de Caïs, Folguera y Formoso, La investigación cualitativa longitudinal.

 

i1 Abbot, A. (1988).The System of Professions. An Essay on the Division of Expert Labor. Chicago y Londres: The University of Chicago Press.

ii2 Abbot, A. (1999).Department & Discipline. Chicago Sociology at One Hundred. Chicago y Londres: The University of Chicago Press.

iii3 Passeron, J.C. (1994), De la pluralité théorique en sociologie: théorie de la connaissance sociologique et théories sociologiques, Revue Européenne des Sciences Sociales, tomo XXXII, N.º 99, pp.71-116.

 

Publicado: 30 de diciembre de 2016

 

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