RELMECS, Diciembre 2021-mayo 2022, vol. 11, nº2, e096. ISSN 1853-7863
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Centro Interdisciplinario de Metodología de las Ciencias Sociales
Red Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales

Artículos

Formas de conocer centradas en el sujeto, y la invitación a ser sujetos implicados en el problema y la realidad que se quiere conocer

Silvia Valiente

Centro de Investigación y Transferencia de CONICET Catamarca, CONICET. Universidad Nacional de Catamarca (CITCA CONICET UNCA), Argentina
Cita sugerida: Valiente, S. (2021). Formas de conocer centradas en el sujeto, y la invitación a ser sujetos implicados en el problema y la realidad que se quiere conocer. Revista Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales, 11(2), e096. https://doi.org/10.24215/18537863e096

Resumen: En artículo reúne aportes de tres investigadores de la región cuya forma de conocer remite al esquema epistemológico sujeto-sujeto. Los autores referenciados (Ortíz Ocaña, Torres Carrillo y Sandoval Álvarez) comparten un posicionamiento ético-político y epistemológico desde el cual buscan superar lo aparente y captar las emergencias, investigando “desde y con el sujeto” y no “sobre el sujeto”. Como nos advierten, no basta la buena intención del investigador, afinidad o empatía, sino que es necesario también sentirse parte del grupo investigado, lo que requiere imbuirnos de sus reflexiones, sentires, sueños, deseos, tradiciones, costumbres y valores (Ortíz Ocaña, Arias López y Pedrozo Conedo, 2018; Ortíz Ocaña y Arias López, 2019). Estas prácticas entran en diálogo con las formas de narrar la historia desde abajo (Torres Carrillo, 2017), y eso entra en complementación con una forma de “investigar desde el sujeto en perspectiva de autonomía” (Sandoval Álvarez y Alonso Sánchez, 2015; Salcido Serrano y Sandoval Álvarez, 2016; Sandoval Álvarez, 2016, 2021). En suma, acuerdan en que debe prevalecer el pensar epistémico sobre el teórico como base para pensar, categorizar y recategorizar, asumiendo que las categorías son polisémicas y no atadas a un “mirar desde” (Zemelman, 2005). Esto demanda hacer un uso crítico de los conceptos y teorías. En , recorreremos las aportaciones de estos tres autores, y nos detendremos en el último para entender qué significa ser sujeto implicado en el problema y la realidad que se quiere conocer.

Palabras clave: Sujeto social, Posicionamiento ético-político y epistemológico, Perspectiva de autonomía.

Ways of knowing centered on the subject, and the invitation to be subjects involved in the problem and the reality that one wants to know

Abstract: This article brings together contributions from three researchers from the region whose way of knowing refers to the subject-subject epistemological scheme. The referenced authors (Ortiz Ocaña, Torres Carrillo and Sandoval Álvarez) share an ethical-political and epistemological position from which they seek to overcome the apparent and capture emergencies, investigating “from and with the subject” and not “on the subject”. As they warn us, the good intention of the researcher, affinity or empathy is not vast, but rather, feeling part of the investigated group which requires imbueing ourselves with their reflections, feelings, dreams, desires, traditions, customs and values ​​(Ortíz Ocaña, Arias López y Pedrozo Conedo, 2018; Ortíz Ocaña y Arias López, 2019). These practices enter into dialogue with the ways of narrating the story from below (Torres Carrillo, 2017), and this is complemented by a way of “investigating from the subject in perspective of autonomy” (Sandoval & Alonso, 2015, Salcido & Sandoval, 2016; Sandoval 2016, 2021). In sum, they agree that epistemic thinking should prevail over theoretical thinking as a basis for thinking, categorizing and re-categorizing, assuming that the categories are polysemic and not tied to a “look from” (Zemelman, 2005). This requires critical use of concepts and theories. In summary, we will go through the contributions of these three authors, and we will stop at the last one to understand what it means to be a subject involved in the problem and the reality that one wants to know.

Keywords: Social subject, Ethical-political and epistemological positioning, Autonomy perspective.

1. Introducción

Animada por el deseo de problematizar sobre los múltiples despojos a raíz de la colonialidad de la naturaleza, procurando reconocer otros modos de conocer y de producir conocimiento que ponen de manifiesto cómo la retórica de la modernidad está presente encubriendo o subsumiendo las historias locales, la memoria colectiva y experiencias de resistencia/re-existencia, y reconociendo la necesidad de aprender cómo los sujetos son portadores de un saber muy profundo en relación con la tierra, la naturaleza, su organicidad, su intencionalidad, donde la naturaleza no un recurso, comencé a incursionar en las formas de conocer centradas en el sujeto.

Producto de ello, exploré una manera de conocer centrada en el sujeto y su subjetividad, y recorrí la trayectoria de tres autores latinoamericanos, Torres Carrillo, Ortíz Ocaña y Sandoval Álvarez, para detenerme en la invitación que nos hace este último acerca de la necesidad de sentirnos sujetos implicados en el problema y la realidad que se quiere conocer.

En términos generales, mi aproximación y opción por esta forma de conocer ilumina mi línea de trabajo e investigación de CONICET (CIC), en la que problematizo sobre la necesidad de migrar hacia otros modelos de existencia, como nos propone Albán Achinte (2019), o recuperando la expresión de Rueda (Rueda y Dávila, 2020): transformar los marcos coloniales epistémicos desde los cuales pensamos la naturaleza. Concretamente, mi propuesta de investigación gira en torno a revalorizar los territorios de vida como un desafío para lo no indígena, lo no campesino (Preciado Coronado, 2019), es decir, para comunidades urbanas-rururbanas no originarias, ni campesinas, pero sí tensionadas por la modernidad/colonialidad. En ellas, analizo cómo desde esos pasados vivos y sufridos, pero también desde la alegría y celebración, se piensa proyectar algo nuevo, diferente, poniendo de manifiesto cómo en nuestra vida cotidiana la retórica de la modernidad está presente encubriendo o subsumiendo las historias locales, la memoria colectiva y experiencias de re-existencia.

A partir de esta sentencia, y desde la necesidad de conocer desde la cotidianeidad de los sujetos, sus espacios y temporalidades, traigo a este escrito la pregunta de Zemelman (2005): ¿cómo está presente la historia en aquello que conocemos? Esta pregunta nos lleva a pensar qué significa estar en la historia, y a observar la capacidad de los sujetos para transformar la realidad, lo que implica asumirnos como parte de la historia. Es decir, construir conocimiento desde la centralidad en el sujeto, actor o agente, según las diferentes denominaciones por las que se fue optando desde 1960 en adelante (con los aportes de la etnometodología), cuando el polo epistemológico sujeto-objeto comenzó a abandonar la hegemonía que había detentado en los últimos 200 años (Palumbo y Vacca, 2021), es el desafío de esta manera de conocer.

Estas apreciaciones me movilizan a reconocer cómo es que los sujetos se sienten parte de la historia del lugar, y pueden apreciar que la misma se ha hecho desde su cotidianidad. Esto es importante en contextos de despojos como los que trabajo, ya que un territorio que no puede ser despojado de su memoria, ni los sujetos de su territorio, porque él los habita. Sus prácticas y emociones no están al margen de esa espacialidad.

Sobre estos lineamientos se erige el presente artículo. El mismo adoptará la siguiente estructura: primeramente, una breve referencia sobre el desplazamiento en las formas de conocer, para luego exponer los aportes, puntos de confluencia y divergencia entre los tres autores que entran en diálogo en este escrito; a continuación se da paso a la propuesta de investigar desde el sujeto en perspectiva de autonomía; y finalmente, las conclusiones.

2. Desplazamientos en las formas de conocer

Para Lincoln, las probabilidades de realizar investigaciones encaminadas a robustecer los procesos democráticos y emancipatorios son cada vez más restringidas, al igual que la posibilidad de que las voces que tales indagaciones pretenden transmitir, esto es, aquellas que provienen de los pobres, de los oprimidos, de los pueblos poscoloniales sean escuchadas y reconocidas.

La reducción del ámbito de lo que debe ser calificado como “científico” termina por expulsar a aquellas investigaciones que proceden con epistemologías críticas o alternativas, y que cuestionan tanto la supremacía del conocimiento como su exigencias de cumplir con las metas de la ciencia: generalización, objetividad, replicabilidad, carácter desinteresado. Estas epistemologías se sitúan fuera del “canon occidental” eurocéntrico, y habitualmente patriarcal, y abogan por el respeto a la diversidad como condición del desarrollo de una sociedad pluralista (Vasilachis de Gialdino en Denzin y Lincoln, 2011, pp. 13-14). (Negrita y comillas en el original).

La cita arriba incorporada anticipa ideas y situaciones que escapan al canon metodológico occidental. La autora proseguía presentando, en ese prólogo, las propuestas sobre otras formas de conocer y de producir conocimientos englobadas bajo la denominación de metodologías críticas o alternativas. Así presentaba “la investigación cogenerativa”, “teoría del método”, “la investigación indigenista”, “el enfoque kaupapa maorí”, y “la investigación comunitaria feminista”. Estas son las formas contenidas en el volumen I de ese Manual de Investigación cualitativa, y si bien no resalta la centralidad del sujeto, estas líneas de investigación van en ese sentido, abordando aquello que escapa al canon occidental.

De hecho, las denominaciones y autores referenciados en la citada obra no remiten a pensadores de la región, porque justamente ese texto se generó en otro contexto geopolítico (el mundo anglosajón), lo cual no quita que, con diferentes denominaciones, esas propuestas encuentren en Latinoamérica su equivalente o proximidad, aunque no se muestren en diálogo entre sí. Tampoco los tres autores a trabajar en este artículo están en diálogo, aun cuando reconocen y comparten las mismas fuentes de inspiración. Esto da cuenta de la multiplicidad de opciones y de la capacidad creadora de los pensadores para postular opciones.

De hecho, la investigación cogenerativa es próxima a la investigación de co-labor, como le llamamos en la región, y propone la investigación-acción como método para crear un puente entre el investigador y la sociedad estudiada. La investigación indigenista que articula las aspiraciones de los indígenas, donde estos dejan de verse como víctimas pasivas para pasar a ser activistas comprometidos en la lucha contrahegemónica, encuentra su homónimo en la región, y junto con el denominado enfoque kaupapa maorí, se articulan con el activismo político y la justicia social. Sin duda que esta última encuentra su equivalente en la propuesta de Sandoval Álvarez en tanto que promueve la autodeterminación, es colectivista y recurre a procesos de narración colaborativa.

En resumen, estas diferentes propuestas impugnan los criterios de validez que ocultan al investigador tras un velo de objetividad, y cuestionan la hegemonía del investigador individual. Por eso surgen como alternativas al individualismo utilitarista de la modernidad. Desde lo ético-político, consideran que las personas son los propios árbitros de su presencia en el mundo (sean indígenas, mujeres, niños, etc). Promueven la transformación social, y se enlazan con propuestas decoloniales, poscoloniales y/o neocoloniales –según la clasificación y referentes que se considere–1. Se posicionan desde el sujeto que históricamente ha sido acallado.

Estos desplazamientos operaron tanto a nivel pedagógico, metodológico, como político-académico en el pasaje de la década del 60 al 70 del siglo XX en Latinoamérica, como lo sintetiza Lander (2001); se trató de movimientos que propiciaron interpretaciones a contracorriente de las concepciones dominantes en el continente, apostando a otras modalidades del conocer y a otras nociones del sujeto y de la relación objeto/sujeto en el proceso del conocimiento.

Torres Carrillo exponía los obstáculos que debieron enfrentar los procesos de investigación de las Ciencias Sociales en América Latina por haber sido colonizada intelectualmente, y explicitaba el cuestionamiento al monopolio de la producción de conocimiento sobre lo social, junto a los supuestos positivistas de universalidad, objetividad, determinismo, reduccionismo y monismo metodológico; así como la arbitrariedad de las fronteras disciplinares dentro de las ciencias sociales y humanidades, junto a la imparcialidad y neutralidad de la actividad científica (Valiente, 2020b).

Coincidentemente, Guarín Jurado (2017) ubica temporalmente estos desplazamientos en la década del 70, cuando una generación comenzó a producir conocimientos nuevos y nuevas categorías. Enrique Dussel se refirió a ella –una generación a la que pertenecía– como “una generación comprometida con la experiencia del mundo, no sólo con la teoría” (Guarín Jurado, 2017, p. 28). Ampliando esta expresión, el autor recupera de Dussel el siguiente pensamiento:

La generación de los años setenta en América Latina, una generación de postguerra en el lenguaje occidental, se incorporó a los movimientos sociales por un compromiso político de responsabilidad social con su historia, con la gente, con lo que ocurría en el mundo, con los explotados del sistema capitalista occidental (Guarín Jurado, 2017, p. 28).

El autor referenciado señalaba tres epistemologías surgidas en la región: la Filosofía de la liberación –cuyo máximo exponente fue Enrique Dussel–, la Epistemología de la conciencia histórica (o del presente potencial, o del sujeto) –máximo exponente, Hugo Zemelman– y las Epistemologías del sur –máximo exponente, Boaventura de Sousa Santos–. Recordaba que surgieron cuando jóvenes intelectuales se preguntaban cómo explicar el presente, esa realidad en movimiento, a modo de no quedar anclados en categorías que explicaban la realidad de otro momento.

Por tal, convoca Guarín Jurado a pensar el presente histórico, haciéndonos preguntas tales como: ¿cómo estamos relatando el mundo desde nuestra disciplina en este presente histórico?, o ¿de qué modo damos testimonio de una época, de nuestra generación?, o ¿cuáles son los conceptos organizadores, las categorías emergentes de las teorías producidas con las cuales comprendemos las realidades sociales del mundo de hoy?

De estas tres epistemologías, la del Presente Potencial es la que está permeando a los tres autores seleccionados en este artículo, y en ellos podrá advertirse la terminología de Zemelman: sujeto, conciencia histórica, indeterminación, totalidad, mediación, cosmovisión. En los tres podrá observarse la construcción de nuevas categorías desde la experiencia teórica y política de los intelectuales en relación con las utopías sociales. Por eso, el rescate del sujeto y su potenciación, así como de su subjetividad que deriva de la confluencia de la memoria, práctica social, pensamiento utópico y representaciones sociales (Zemelman, 2005). Porque la vida cotidiana, que es la base del trabajo de estos autores, tiene dos fuentes de generación: la memoria (pasado) y la utopía (futuro).

Desde estos aportes, estos tres autores buscan incorporar otras formas de razonamiento y lenguaje, entendiendo que hay una realidad aprensible conceptualmente, y otra no aprensible desde esa lógica. Estos aspectos aparecen en las trayectorias elegidas para esta comunicación. En el próximo punto mostraré esas maneras de conocer en la clave sujeto-sujeto que nos acercan, y cómo resuelve cada uno la inserción del sujeto.

3. Tres invitaciones a investigar desde el sujeto

Alfonso Torres Carrillo, historiador y educador popular colombiano, se da a la tarea de generar conocimiento social a partir de problemáticas y fenómenos de poblaciones emergentes identificadas como marginales, buscando transformar, o construir ambientes alternativos, potenciando sujetos y subjetividades individuales o colectivas. Su propuesta de investigación de borde o desde los márgenes –denominación que se inspira en el razonamiento del umbral de Zemelman– es definida ante todo como un posicionamiento ético y político, y una práctica de producción del conocimiento llevada a cabo por sujetos individuales o colectivos que, proviniendo de las Ciencias Sociales o no, transgreden la racionalidad disciplinar dominante. Potenciar la investigación de borde requiere una mayor conceptualización y elaboración epistemológica que dé cuenta de nuevas búsquedas en la actividad investigativa. Asume la investigación como una práctica colectiva de producción de conocimiento, articulada a procesos organizativos y movimientos sociales, que se propone comprender y fortalecer su capacidad de resistencia y generación de alternativas al capitalismo, así como contribuir a la producción de subjetividades y a la transformación de realidades y sujetos, desde una perspectiva crítica y emancipadora (Torres Carrillo, 2017).2

Próximo a Torres Carrillo no solo por ser colombiano sino por proceder del campo de la pedagogía, Alexander Ortíz Ocaña nos invita a realizar una investigación decolonial. Ortíz Ocaña y Arias López (2018) nos convocan a descolonizar las ciencias sociales, lo cual requiere descolonizar nuestra práctica. En términos de los autores, sería desprendernos del vocabulario que usamos en la investigación (empírico, cualitativo, cuantitativo, etc.) dado que son nociones coloniales que devienen de perspectivas académicas que no tienen un mayor compromiso con los sujetos con que trabajan y, en consecuencia, lo que hacen es una investigación sobre los sujetos (tomados como objetos) y no desde los sujetos. Ante esa necesidad de configurar nuevos tipos de conocimientos, de crear e instalar otras formas de pensar, sentir, y apostar por nuevos lenguajes y perspectivas para trabajar con el sujeto, Ortíz Ocaña responde mediante acciones decoloniales. Así, desde un pensar decolonial nos ofrecen/invitan a desobedecer la metodología canónica y dar lugar a un hacer decolonial para descolonizar el conocimiento y las instituciones (Ortíz Ocaña, Arias López y Pedrozo Conedo, 2018).3

Sandoval Álvarez amplía lo que anticipa Ortíz Ocaña cuando dice que hay que imbuirse en la vida de los sujetos para hacer una investigación desde el sujeto, y va más allá diciendo que hay que sentirse parte de la subjetividad y del problema del sujeto. Entablar una relación de afinidad y confianza es requisito para poder desplegar una relación entre sujetos, y en ese encuentro de subjetividades descubrirnos y reconocer problemas comunes. Inspirado en la subjetividad del sujeto zapatista, ser parte del sujeto consiste en sentirse atravesados por las mismas problemáticas, reaccionando ante las mismas imposiciones, aunque no compartamos el espacio físico de los sujetos con quienes trabajamos.4

Si bien estos autores no están en diálogo entre sí, y solo Sandoval Álvarez se detiene en explicitar quién es ese sujeto que piensa la realidad y construye conocimiento, algo que en los otros dos autores aparece como movimientos sociales, comunidades, organizaciones políticas, los tres asumen una perspectiva crítica y comprometida, y fusionan la teoría con la práctica. A esa inserción y centralidad del sujeto la resuelven de diferente manera. Se valen de diferentes estrategias y fuentes de inspiración. Sin ánimo de sintetizar las propuestas, solo para una lectura más ágil, se detallan algunos aspectos en el cuadro a continuación:

Cuadro N.°1
Propuestas de investigación centrada en el esquema epistemológico sujeto-sujeto
Propuestas de investigación centrada en el
esquema epistemológico sujeto-sujeto
Fuente: elaboración propia en base a las fuentes consultadas.

Como podemos observar, van a coincidir en que todo conocimiento es situado y que debe explicitarse el lugar de enunciación como uno de los requisitos para quien opte por estas propuestas y busque decir, hacer ver lo que no es visible, nombrable o factible, lo no nombrable desde los centros de las instituciones de conocimiento y poder. Desde la centralidad en el sujeto y la subjetividad se define como una práctica constructiva, intersubjetiva e intencionada de producción de conocimientos.

Van a coincidir en lo ético-político y desde allí en la necesidad de construir teoría desde la experiencia, desde prácticas rebeldes, e ir más allá del relato de los sujetos. Por tal motivo no van a hablar por el otro, ni darle visibilidad, sino que lo van a incorporar al proceso de producción de conocimiento en un esquema no jerárquico. En el caso de Alfonso y Alexander, incorporarán al sujeto bajo la forma de investigación de co-labor; mientras que la apuesta de Rafael va a diferir al expresar la necesidad de sentirse parte del sujeto investigado por ser parte del problema y compartir su subjetividad política. De hecho, en él la autonomía como proyecto emana de la subjetividad zapatista.

También van a coincidir en que los sujetos son sujetos situados histórica y políticamente, y son sujetos de cambio. Sugieren estar atentos a los nexos entre conocimiento y poder, a las hegemonías y asimetrías que atraviesan lo singular, lo cotidiano, lo narrativo, lo simbólico, etc. Desde estas propuestas se asume que todos pueden preguntar y responder, es decir, que todos son portadores y productores de conocimiento. Esa es la idea de sujeto en proceso y de solidaridad en la construcción social del conocimiento.

Entre las disidencias puede señalarse que Ortíz Ocaña propone que el investigador sea un facilitador de procesos liberadores; lo cual entra en tensión con Sandoval Álvarez, para quien el sujeto tiene que ser el propio estratega de sus procesos liberadores, es decir, el estratega de su lucha y resistencia. Su pensamiento y praxis reivindica la perspectiva epistémica y política de los propios sujetos, lo cual exige que sean ellos los estrategas de su propia resistencia y autonomía, y que, precisamente, planteen prácticas que dejen de reproducir que haya facilitadores o líderes o acompañantes que los liberen o que propicien su liberación, porque entiende que eso conduce a reproducir una relación social de dominio, de dependencia, de representación y jerarquía.

En términos generales, estas propuestas constituyen una invitación a investigar desde un paradigma emancipatorio o interpretativo crítico centrado en el sujeto, que no se agota en la comprensión de los fenómenos, sino que busca intencionalmente intervenir sobre ellos para modificarlos. Esto no quiere decir desechar las teorías generadas en Europa, sino reconocer la necesidad de crear una propia teoría acorde a la realidad, negándose a pensar separadamente la teoría de la praxis. Este generar de nuevas categorías conduciría a desprenderse y desengancharse de la episteme moderna/occidental, en términos de Ortíz Ocaña; y a crear nuevas elaboraciones desde los sujetos para entender y transformar la realidad, siguiendo a Sandoval Álvarez.

4. Ser sujetos implicados en el problema y la realidad que se quiere conocer

La centralidad en el sujeto en la obra de Sandoval Álvarez implica “en principio, saberse situado desde una postura ética y política (…) y enfrentar los desafíos de un mundo donde se reconozca la intersubjetividad” (Sandoval Álvarez, 2016, p. 26). Para Rafael Sandoval Álvarez lo que hace posible y pensable la investigación desde el sujeto en perspectiva de autonomía es entrar en sintonía con sus memorias y saberes, con sus trayectorias y tiempos; en suma, no es solo una cuestión de simpatía, sino de afinidad y de reconocerse uno de ellos para trascender lo aparente y captar lo que se está dado-dándose en la tríada sujeto-realidad-conocimiento. El sujeto despliega su subjetividad y nos acerca a la forma en que conoce y construye conocimiento desde su saber-hacer y logra romper con el engaño de la neutralidad.

La expresión sentirse parte del sujeto no quiere decir sentirse situado en lo geográfico, sino que es una implicación total con el otro, aunque no se viva en el mismo lugar se comparten los mismos problemas y se identifican el mismo desde donde y contra quien. Como todo conocimiento es situado, también lo es nuestra práctica investigativa en tanto que la problematización no se da en abstracto. Esto conlleva un posicionamiento ético-político desde el cual reconocer al sujeto como activo, crítico y no como sujeto mercancía (Sandoval Álvarez, 2016). Si queremos pensar desde la perspectiva del sujeto, implicará primeramente pensarnos-explicitarnos quiénes somos, mediante una auto-reflexividad crítica.5

En un escrito inédito de su autoría, “Precisiones sobre el sujeto” (2021), explicita por qué optó por esa denominación y no por la de actor, agente, o simplemente habitantes, seres humanos, vecinos de tal lugar. No es solo una postura teórica, sino también política la de nombrar y conceptuar esa posibilidad que tiene toda persona de devenir en sujeto, esto es, reconocerse como producto y productor de sus circunstancias sociales, con capacidad de pensarse y cuestionarse en sus posibilidades, de saber quiénes somos y qué hacemos. Ese es el sujeto con el que siente empatía Sandoval. Aquel que se piensa como parte de una realidad en la que elige situarse al margen de lo dado.

Tener afinidad con ese sujeto lo lleva a tomar una postura desde la perspectiva del sujeto dominado y explotado por el capital, y atender a sus despliegues ante la imposición. Por esa empatía logra sentirse parte del sujeto y del problema porque, aunque se viva en diferentes lugares, el problema es el mismo y se lucha contra el mismo sujeto: el sujeto capitalista que despoja y explota los territorios de vida. De allí que sus temas de interés giren en torno al hacer y pensar político concreto del sujeto anticapitalista, sujetos que también son concretos. Por ello presta atención a cómo esos sujetos se apropian del contexto, elaboran un pensamiento acerca de su hacer y tienen capacidad de organizarse y desplegarse.

La autoreflexividad crítica, la conciencia histórica, la racionalidad ampliada son los baluartes de su pensamiento. En definitiva, esa atención sobre la manera de estar en la historia y sentirse parte de ella es la inspiración zemelmana en su mirar, en su pensamiento, junto al caminar preguntando, la escucha atenta y elementos del psicoanálisis completan su propuesta.

Distingue entre sujetos individuales y colectivos, ya que cada problema del extractivismo no es vivido de la misma manera si se es ama de casa o si se es un minero, o un joven estudiante-pasante en la empresa minera, o un niño, o un hombre o una mujer, aunque todos sean habitantes del mismo territorio que es despojado por el sujeto capitalista. De igual modo podemos pensar en la serie de sujetos singulares y colectivos que contribuyen al despojo y destrucción de la tierra. No hacen ni cumplen las mismas funciones en la acumulación de capital y destrucción de la naturaleza. Generalmente, las investigaciones describen detalladamente cómo se explotan y expropian territorios, pero pocas veces dan cuenta del sujeto social que ofrece resistencia en una perspectiva de un horizonte de construcción de autonomía.

Cuando dice sujetos sociales, Sandoval Álvarez está haciendo referencia a una forma conceptual de referirse a sujetos concretos que se despliegan en un contexto histórico social, sea actual o pasado. Esto es diferente a pensar en clases sociales en abstracto. Por lo tanto, referirse a la lucha del proletariado, o de la clase obrera, o de los campesinos, o de quienes luchan contra la burguesía o los capitalistas, es también referirse a sujetos concretos.

También cuando el autor dice sujeto social está haciendo alusión a una pluralidad de sujetos sociales colectivos y singulares concretos que configuran dicho sujeto social (sean comunidades, pueblos, barrios, colectivos, personas-individuos) y, en el caso de la investigación en curso, hace alusión a quienes resisten y luchan contra otro sujeto social: el capitalista. Ese sujeto capitalista también tiene una pluralidad de sujetos colectivos y singulares que lo conforman (los capitalistas que forman parte de la trasnacional “X”, la clase capitalista trasnacional y local representada por habitantes de Argentina, los burócratas de los gobiernos de los diferentes niveles u órdenes de gobierno que avalan y operan políticas públicas que favorecen a la explotación y despojo de tierra-territorio, etc.)

De esta manera quiere ilustrarnos el autor que el sujeto social en el que piensa no es un sujeto abstracto. Por lo tanto, investigar desde el sujeto implica, para este autor, dar cuenta de cómo se despliega la lucha y resistencia en sus formas de hacer dicha resistencia y lucha. Nos relata en el documento mencionado cómo en el caso mexicano es muy fácil identificar quiénes son los colectivos que participan de la resistencia, y apela a las denominaciones que allá usan: barrios, colonias, comunidades. Pero al mismo tiempo considera que tal vez sea conveniente describir quién es ese sujeto concreto con quien entramos en diálogo y compartición de saberes y conocimientos sobre el problema de la investigación, y lo hace pensando en el proyecto que compartimos, que tenemos en curso:

los sujetos singulares que como tales tenemos en nuestros diálogos son nuestros entrevistados, Daniela, integrante de este proyecto, quienes a su vez forman parte de colectivo X, o forman parte de una comunidad Z, o de tal barrio, con quien se establece un diálogo y relación de conocimiento, una particular relación que involucra la propia subjetividad.

Lo sujetos colectivos con los que tenemos diálogo, por ejemplo, los adultos mayores, con quienes establecimos una relación de diálogo y conocimiento que forman parte de una asociación civil X o un grupo de Y, o etc.

Daniela forma parte de una asamblea, y por ser parte de ese colectivo ella habla desde ese lugar de enunciación, y desde el mismo demanda lo que necesita el colectivo de nuestro equipo (Sandoval Álvarez, 2021, p. 3).

De esta manera nos ilustraba quién es el sujeto con el que dialogamos en nuestro proyecto, un sujeto que es individual y colectivo, y forma parte de una pluralidad de sujetos que configuran al Sujeto Social de la resistencia de Andalgalá. Es decir, esa pluralidad de sujetos colectivos y singulares conforma el Sujeto Social que enfrenta al Sujeto Social Capitalista en Andalgalá. En resumen, ser sujetos implicados en el problema y la realidad que se quiere conocer connota conocer al Sujeto Social con el que se entra en diálogo, se genera empatía y se comparte la problemática y la subjetividad política. El compartir y enfrentar al mismo sujeto nos hace sentir parte del sujeto y del problema, borrándose la distinción entre un sujeto que investiga y un sujeto que es investigado, dando paso a una relación de conocimiento entre sujetos que, en la propuesta de Sandoval Álvarez, tiene la autonomía como proyecto.

5. Reflexiones finales

En las líneas de este artículo se insistió en que, al mismo tiempo que se construye conocimiento, se construye la realidad. Ese es el llamado a “pensar en ejercicio no en objetos lejanos sino hacia situaciones cercanas a nosotros” (Melengo y Belenguer, 2019, p. 231) (cursiva en el original). Este pensar en ejercicio nos conduce a producir conocimiento sobre los espacios cotidianos donde se desenvuelve el día a día de los sujetos, donde tienen cabida sus preocupaciones, anhelos, deseos, miedos, memorias y conocimientos situados.

Abordamos también la tensión teoría-praxis como fue resuelta en los tres autores. En el caso de Sandoval Álvarez, su ir más allá de la racionalidad capitalista lo llevó a reconocer que no se trata de una relación de afinidad y confianza con los sujetos solamente, sino de compartir la problemática del sujeto, y eso es lo que entiende cuando dice: investigar desde el sujeto que tiene la autonomía como proyecto requiere ser/sentirse parte del problema. Esta lógica requiere estar atento a lo dado-dándose porque es allí donde se gesta la teoría, en ese hacer pensante de los sujetos desde su cotidianeidad, su localidad y temporalidad.

En términos generales, pudimos observar que las propuestas comparten la idea de que el conocimiento nuevo no deviene de una reflexión teórica (solamente) sino, y sobre todo, de la praxis de los sujetos, quienes son considerados como protagonistas de su historia y estrategas de su propia vida. Invocando a Zemelman, nos proponen pensar desde una racionalidad ampliada que capte con la intuición lo no dado, yendo más allá de la racionalidad teórica.

Con claridad aparece la inspiración de Zemelman en Sandoval Álvarez, de quien toma pensar lo dado como incompleto, afirmando que hay que buscarle un nuevo sentido a lo dado para dar cuenta de que, en lo dado, el pensar teórico tiene muchas limitaciones. Por eso, la finalidad de su propuesta no reside en transformar la realidad, sino en crear otro mundo, e invocando a los zapatistas, un mundo donde quepan muchos mundos. Desde esa inspiración, el autor piensa en un sujeto social particular: el sujeto anticapitalista y antiestatista, que se posiciona contra las relaciones de dominio, explotación y despojo, y por eso piensa más allá de ellas.

Los tres coincidieron en que investigar desde el sujeto nos acerca a problemas concretos de sujetos, pero ello requiere convivir con su problemática, aunque no estemos físicamente próximos. Esto es posible porque podemos tener las mismas dificultades en nuestro día a día (sentir el despojo de mi lugar, estar atravesado por una relación laboral de explotación, etc.), aunque estemos distantes físicamente.

Para finalizar, dejo a continuación algunos interrogantes para pensar nuestras prácticas investigativas:

¿Qué sentido tiene en nuestra práctica investigativa la inserción del sujeto y/o hablar del sujeto? ¿Qué posibilidades tiene de ser reconocido el sujeto (en el sentido que lo plantea Sandoval Álvarez) en nuestras prácticas investigativas?; o en su defecto, ¿en qué sujeto pensamos?

De los autores reunidos en este artículo ¿cuáles han sido los que más le aportaron a pensar desde el sujeto? ¿Cómo superar lo discursivo y plantear una práctica investigativa que problematice desde el sujeto concreto involucrado en su lucha y contexto, reconociendo cómo se nombran, lo que hacen y piensan desde su práctica cotidiana, sin la tentación de reducir y acomodar las palabras a una jerarquía de saberes como lo propone el pensamiento moderno hegemónico y la lógica del capital?

¿Cómo lograr esa mirada o cómo problematizar sobre lo que no sabemos porque está dándose, porque está siendo emergente, inédito e imprevisible? ¿Con qué sujetos podremos desplegar una relación de afinidad y confianza, y reconocernos parte de la subjetividad y del problema del otro en una investigación?

Reconociendo que el proceso de construcción del conocimiento entre sujetos no es un proceso armónico, sino atravesado por antagonismos y contradicciones:

¿Qué capacidad tenemos de alcanzar un proceso de interpretación conjunta de la realidad, dialógica, de captar la realidad en movimiento y estar atentos a lo que va dándose, sin caer en la tentación de direccionar el proceso de investigación buscando controlar y dirigir la producción del conocimiento en función de las teorías heredadas o nuestras motivaciones personales?

Si pensar desde el sujeto implica considerar el despliegue de su subjetividad, ¿qué lugar le otorgamos y cómo incorporamos el factor subjetivo en el proceso de producción de conocimientos? En suma, estas son algunas preguntas para pensar en la producción de conocimientos centrada en el sujeto con las que se cierra este artículo.

Referencias

Albán Achinte, A. (2019). De la resistencia a la Re-existencia. Conferencia en Apertura del Seminario Memoria y Territorio: experiencias y perspectivas, realizado por el Doctorado en Ciencias Sociales y Humanas y el Centro de Estudios Sociales y Culturales de la Memoria. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=FoZED1dX8bo

Guarín Jurado, G. (2017). Desplazamientos epistemológicos contemporáneos en las ciencias sociales y humanas en América Latina. En V. Alvarado, E. Rueda y G. Orozco (Edit.), Las ciencias sociales en sus desplazamientos (pp. 27-38). Buenos Aires: CLACSO.

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Notas

1 Sobre esta distinción se pueden consultar las obras de Enrique De la Garza.
2 Para conocer más sobre la perspectiva de Torres Carrillo, se puede consultar Valiente (2020b).
3 Para conocer más sobre la perspectiva de Ortiz Ocaña, se puede consultar Veliente (2020a).
4 Para conocer más sobre la perspectiva de Sandoval Álvarez, se puede consultar Valiente (2020c, 2020d).
5 Estos son algunos de los textos que contienen temáticas nodales de su pensamiento. Se puede consultar en Sandoval Álvarez, Rafael y Alonso Sánchez, Jorge [Coord.] (2015), el reto del pensar epistémico y crítico; en Salcido Serrano, Rocío y Sandoval Álvarez, Rafael (2016) aspectos del pensar crítico, el desafío epistémico de pensar a los sujetos y procesos en movimiento; y el Investigar más allá de la racionalidad capitalista. También nos ofrece una caracterización sobre el método del caminar preguntando. En el texto de Sandoval Álvarez (2016) se puede ampliar el método del caminar preguntando y es interesante la relación sujeto-realidad-conocimiento que plantea.

Recepción: 11 Febrero 2021

Aprobación: 15 Julio 2021

Publicación: 01 Diciembre 2021

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