RELMECS, diciembre 2022 - mayo 2023, vol. 12, nº2, e121. ISSN 1853-7863
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Centro Interdisciplinario de Metodología de las Ciencias Sociales
Red Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales

Artículos

El empleo transitorio en el agro uruguayo: una mirada multivariada para explorar el perfil social de los trabajadores y trabajadoras

Alberto Riella

Departamento de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República, Uruguay
Jessica Ramírez

Departamento de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República, Uruguay
Cita sugerida: Riella, A. y Ramírez, J. (2022). El empleo transitorio en el agro uruguayo: una mirada multivariada para explorar el perfil social de los trabajadores y trabajadoras. Revista Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales, 12(2), e121. https://doi.org/10.24215/18537863e121

Resumen: El empleo transitorio es un rasgo estructural que afecta a los mercados de trabajo en el sector agrario y una de las mayores fuentes de vulnerabilidad social de los hogares rurales de América Latina. Sin embargo, en Uruguay las características de los trabajadores transitorios y sus condiciones de vida han sido poco abordadas. En este sentido, el artículo busca utilizar un abordaje cuantitativo multivariado mediante el uso de modelos de regresión logística que permita estudiar empíricamente las principales características de este colectivo a nivel nacional. El artículo realiza en primer lugar una revisión bibliográfica sobre los principales antecedentes en la temática; en segundo término, elabora una operacionalización del empleo transitorio agrario para Uruguay con base en la Encuesta Nacional de Hogares. Por último, mediante la modelización logística, se establece el perfil social de quienes tienen mayores probabilidades de ocupar estos empleos discontinuos y las condiciones de reproducción social de su vulnerabilidad.

Palabras clave: Sociología rural, Trabajo agrario, Empleo transitorio, Vulnerabilidad social, Metodología multivariada.

Transient employment in Uruguayan agriculture: a multivariate approach to explore workers’ social profiles

Abstract: Transient employment is a structural feature that affects labor markets in the agricultural sector and is one of the major sources of social vulnerability in Latin American rural households. However, in Uruguay the characteristics of transient workers and their living conditions have been little addressed. For this reason, this article seeks to use a multivariate quantitative approach, through the use of logistic regression models to study the main characteristics of this group empirically at the national level. The article first reviews the main antecedents on the subject in the literature, and second, it elaborates an operationalization of transient agricultural employment for Uruguay based on the National Household Survey. Finally, by means of a logistic model, a social profile of those who are more likely to take these unstable jobs and the conditions of social reproduction of their vulnerability are established.

Keywords: Rural Sociology, Agricultural Work, Transient Employment, Social Vulnerability, Multivariate Methodology.

O trabalho temporário no agro uruguaio: uma abordagem multivariada para explorar o perfil social dos trabalhadores e trabalhadoras

Resumo: O emprego temporário é uma característica estrutural que afeta os mercados de trabalho no setor agrícola e uma das maiores fontes de vulnerabilidade social das famílias rurais na América Latina. Entretanto, no Uruguai, as características dos trabalhadores temporários e suas condições de vida têm sido pouco analisadas. Nesse sentido, o artigo procura utilizar uma abordagem quantitativa multivariada através do uso de modelos de regressão logística que estudem empiricamente as principais características desse coletivo no nível nacional. Em primeiro lugar, o artigo revisa a bibliografia sobre os principais antecedentes desse assunto e, posteriormente, elabora uma operacionalização do emprego agrícola temporário para o Uruguai com base na Encuesta Nacional de Hogares (pesquisa nacional de domicílios). Finalmente, através da modelagem logística, é estabelecido o perfil social daqueles que mais provavelmente ocuparão esses empregos descontinuados e as condições de reprodução social de sua vulnerabilidade.

Palavras-chave: Sociologia rural, Trabalho agrário, Emprego temporário, Vulnerabilidade social, Metodologia multivariada.

1. El empleo transitorio en el agro

El empleo transitorio es un rasgo estructural que afecta a los mercados de trabajo en el sector agrario y una de las mayores causas de la pobreza en los hogares rurales de América Latina (Lara Flores, 1995; Soto y Klein, 2012; FAO, 2013). Ya es conocido que la producción agraria está pautada por ciclos biológicos de crecimiento, lo que genera un desfasaje entre los tiempos de trabajo y los de producción; esto conlleva que la demanda de mano de obra no sea constante durante todo el año. Esta característica estructural de transitoriedad del empleo, que siempre estableció zafras con alto requerimiento de mano de obra, se ve hoy agudizada a consecuencia de los cambios tecnológicos y de las nuevas formas de gestión y organización del trabajo, que impulsan una mayor intensificación del uso de la mano de obra por períodos cada vez más cortos (Quaranta y Fabio, 2011; Kay, 2016).

La existencia de estos empleos transitorios –inciertos y eventuales– impone como correlato la necesidad de contar con una población disponible y dispuesta potencialmente a emplearse en esas condiciones en diversos momentos del año. El resultado de estos procesos conlleva la formación de un mercado de trabajo en el que predominan las inserciones laborales inestables e intermitentes, que producen un alto riesgo de vulnerabilidad social para quienes participan en él. Se entiende que este último concepto refiere a los procesos de pérdida de bienestar y al riesgo de pobreza y reproducción generacional de la desafiliación y exclusión social (Castel, 2004; Moreno Crossley, 2008; González, 2009).

La categoría de mano de obra transitoria se encuentra presente en los estudios de mercados de empleo agrícola desde la década de los setenta, especialmente en la Argentina. Una referencia clara a este fenómeno puede encontrarse en los trabajos sobre asalariados cañeros y la mano de obra transitoria en la producción forestal, elaborados por la Dirección de Economía y Sociología Rural Secretaría de Agricultura de la Nación, y los publicados en la Revista Latinoamericana de Sociología, 1969 (Bisio y Forni, 1977; Korinfeld, 1981; Forni et al., 1982).

Neffa (1986) define la transitoriedad como la imposibilidad de alcanzar un número de jornadas necesarias a lo largo del año para garantizar una adecuada reproducción social de los asalariados y su familia. Según el autor, esta ausencia de un vínculo laboral estable afecta desfavorablemente sus condiciones de trabajo y de vida actuales y futuras. Esto se asocia principalmente con el trabajador zafral estacional, entendido como aquel que cumple tareas durante todo el tiempo que abarca la estacionalidad de la producción. Más adelante, en las siguientes décadas, varios trabajos incorporan importantes contribuciones para identificar y comprender la situación de este tipo de empleo (Forni y Benencia, 1988; Aparicio y Benencia, 1999).

Esta categoría analítica se va ampliando al incorporar al concepto de transitoriedad a los trabajadores temporales, que son los que están vinculados sólo parcialmente o indirectamente a las tareas estacionales, y a quienes acceden a empleos eventuales u ocasionales, que no están directamente vinculados a la estacionalidad de la producción (Aparicio y Benencia, 2001; Neiman y Blanco; 2003; Bendini, Steimbreger y Radonich, 2009).

De esta forma, el concepto de transitoriedad incorpora tanto a los trabajadores denominados “jornaleros” en la literatura centroamericana y mexicana (Lara Flores, 1995; Joel Flores, 2021), como a los trabajadores “volantes” o “boia fría” brasileños (Graziano Da Silva, 1997; Giacomo, 2016), dado que ambos conceptos se definen a partir de la venta eventual de la mano de obra en el sector agrícola por día o jornal a diferentes empleadores, sin posibilidad de mantener un empleo continuo o permanente.

Todos estos trabajos coinciden en señalar que estos empleos transitorios, caracterizados por la intermitencia laboral, son uno de los principales factores para explicar las condiciones de pobreza y la vulnerabilidad de sus hogares. Se asiste de esta forma a la reproducción social de las condiciones que posibilitan la permanente empleabilidad de esta mano de obra como transitoria para el sector agrícola. Esta disponibilidad continua permite la adecuación flexible de los tiempos biológicos y de trabajo humano, lo que resulta en un beneficio constante para el aumento de la productividad y la reducción de los costos laborales; a su vez, ello genera una sostenida tensión en la gestión de la mano de obra. Dicho de otro modo, esta situación lleva a la conformación de un ejército de reserva de mano de obra eventual a la que se le impone esta inserción intermitente vía los procesos de reproducción social, que es vista por algunos autores como “cuasi forzada” (Durand, 2011; Lastra, 2018).

Por lo expuesto, pensamos que es necesario profundizar en el conocimiento de este fenómeno en nuestro país; y en particular, determinar las características específicas de la población que está sujeta a esta dinámica laboral para avanzar en la construcción de acciones públicas que atiendan a mitigar el círculo perverso entre transitoriedad laboral y vulnerabilidad social.

2. Una mirada empírica sobre la transitoriedad en Uruguay

El abordaje sobre los asalariados agrarios en Uruguay ha incorporado la mirada sobre el trabajo zafral en varias investigaciones acerca de los principales rubros de producción del país, como ganadería, citricultura, caña de azúcar, forestación, entre otros (Riella y Tubío, 2001; Piñeiro, 2008; Carámbula, 2009; Gallas, 2010; Cardeillac et al, 2015). Sin embargo, el concepto de empleo transitorio propiamente dicho no ha sido incorporado hasta hace muy poco.

En un reciente trabajo, Riella y Ramírez (2021) utilizan dicho concepto para aquellas situaciones en las cuales el vínculo laboral es intermitente durante el año. De esta forma, definen como trabajadores transitorios a todos aquellos denominados como zafrales, estacionales, temporales, eventuales y ocasionales, ya que todos ellos comparten la característica de no lograr mantenerse ocupados durante todo el año en el sector, sino que tienen varias salidas y entradas del mercado laboral. De esta forma, su definición abarca todas las situaciones de eventualidad e incluye a quienes, estando ocupados en el momento, registran uno o varios períodos de desempleo en el año. Por tanto, al observar un ciclo anual de trabajo en un momento dado, las situaciones de empleo y desempleo se alternan y podrán encontrarse ambas situaciones de transitoriedad1 (Riella y Ramírez, 2021, pp. 95-96).

Mediante esta definición de transitoriedad se realiza un abordaje empírico sobre este fenómeno utilizando indicadores disponibles en la Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística (ECH-INE)2. Con esta metodología se establece que el 25 % de los asalariados en el sector agrario3 está en situación de transitoriedad. La investigación muestra mediante indicadores empíricos las condiciones de empleo y de vida de los trabajadores transitorios agrarios en el Uruguay, y revela las dificultades que tienen dichos trabajadores para alcanzar niveles aceptables de bienestar e inclusión social.

En este trabajo buscamos avanzar en el análisis del fenómeno incorporando una mirada multivariada que permita considerar en conjunto las dimensiones y variables puestas en juego, de forma de alcanzar una mayor comprensión de las características sociales del trabajo transitorio y aproximarnos al perfil de quienes se ven obligados a aceptar este empleo discontinuo, con salarios muy bajos y en condiciones de trabajo muy duras.

3. Abordaje metodológico

En el presente apartado se expone el análisis de la transitoriedad del empleo realizado, en el que se incorpora una mirada multivariada, con el propósito de ajustar un modelo de regresión logística que brinde la capacidad de observar e identificar las principales variables y el peso que cada una de ella tiene en la explicación4 de este fenómeno. Para ello, partimos definiendo como variable dependiente el hecho de tener empleo transitorio en el sector agrario; y como variables independientes, un conjunto de indicadores que hacen referencia a distintas dimensiones: a los sujetos, a las características de las ocupaciones y a los hogares del trabajador. De esta forma, buscamos estimar el impacto de estas variables en la probabilidad de que un trabajador se encuentre en esta situación de transitoriedad laboral.

La regresión logística, en tanto técnica de análisis, admite que el fenómeno a explicar pueda ser abordado a través de variables categóricas; de esta manera, permite predecir la probabilidad de ocurrencia de un hecho determinado, en nuestro caso, la probabilidad de que el empleo agrario sea transitorio, en función de un conjunto de variables independientes, que pueden ser tanto continuas como categóricas.

El modelo de dependencia utilizado no sólo resuelve la limitación de otros modelos que sólo habilitaban la incorporación de variables continuas como dependientes, sino que en este las variables categóricas también funcionan bien como predictores (López-Roldan y Facheli, 2015).

El objetivo de la técnica, entonces, es pronosticar la pertenencia a un grupo de interés (tener empleo transitorio) y para esto trata de identificar qué características diferencian a este grupo del otro, que queda conformado por la otra categoría de la variable dependiente (no tener empleo transitorio). Se parte de un conjunto de variables de las que se entiende que tienen la capacidad de discriminar a los individuos y clasificarlos en uno u otro grupo. Estas variables independientes pueden especificar en qué se diferencian ambos grupos.

Si bien se establece un modelo explicativo, no se persigue establecer relaciones de causalidad, sino que el análisis se realiza en términos de predicción, buscando identificar las variables o factores que favorecen la aparición del hecho bajo estudio. De esta forma, el análisis de regresión logística busca cuantificar la importancia de la relación existente entre cada una de las variables independientes y la dependiente, para clasificar a los individuos en una de las categorías o valores que toma la variable dependiente según la probabilidad de pertenencia a esta en función de la influencia de las independientes.

Es relevante señalar que esta forma de aproximarse al problema permite, entonces, controlar o aislar analíticamente el efecto de las distintas variables independientes y determinar el peso específico de cada una de ellas sobre la probabilidad de ocurrencia de un fenómeno.

En el caso que nos ocupa, este análisis permite pronosticar, por un lado, la probabilidad de tener un empleo transitorio en función del conjunto de variables incorporadas en el modelo, y, por otro, analizar el peso específico de cada una de ellas en tanto factor de la transitoriedad, dejando constantes las demás variables. Por ejemplo, estimar la probabilidad de las mujeres de tener un empleo transitorio frente a la de los varones, manteniendo constantes la edad, el lugar de residencia, el nivel educativo, características de las ocupaciones y de sus hogares, todas ellas variables que están en el modelo.

El primer paso para ajustar el modelo de regresión logística es la preparación de las variables para ser incluidas en el procesamiento. Se debe definir la categoría de contraste en cada una de las variables independientes. Se selecciona aquella categoría contra la que interesa teóricamente comparar las restantes categorías para interpretar el impacto en la variable dependiente. Entonces, la definición de la categoría de contraste o categoría omitida remite al interés teórico que determina contra qué situación se busca comparar la probabilidad de tener un empleo transitorio. Por ejemplo, la variable región de residencia que se incorpora al modelo muestra un sistema de categorías con tres valores: a) ciudades de 5000 y más habitantes, b) rural nucleado (localidades menores a 5000 habitantes) y c) rural disperso. La categoría de contraste es la primera de estas, dado que interesa contrastar contra los asalariados agrarios que residen en el medio urbano. Por tanto, la interpretación será en términos de la probabilidad que tienen de mantener un empleo transitorio, en primer lugar, los trabajadores que residen en pequeñas localidades frente (en contraste) a la probabilidad que tienen los que viven en ciudades y, en segundo lugar, los asalariados agrarios del medio rural disperso frente a los que viven en ciudades.

El segundo paso en la construcción de este modelo es el ajuste con todas las variables señaladas anteriormente, de forma de confirmar que todas deben permanecer en el modelo o, por el contrario, descartar aquellas variables que no resultaron con significación estadística, lo que implica que su variación no impacta en la probabilidad o chances de ocurrencia del fenómeno bajo estudio; en definitiva, que no aporta a su explicación. Esta situación se dio con tres de las variables incorporadas: nivel educativo del asalariado, asignaciones familiares en el hogar y transferencias económicas privadas por divorcio en el hogar.

La ausencia de significación estadística del nivel educativo de los trabajadores vuelve necesario un comentario particular sobre este aspecto. Desde un punto de vista sustantivo, que esta variable no incida significativamente en la probabilidad de tener un empleo transitorio nos dice que la transitoriedad afecta de la misma forma a todos los trabajadores agrarios independientemente del nivel educativo alcanzado, lo que se puede explicar por el bajo nivel educativo constatado en todo el colectivo y el escaso rango de variabilidad en su escolarización5. Por su parte, la falta de significancia de las transferencias –de origen público o privado– muestra que recibir estas formas de ayuda que pueden ser parte de estrategias del hogar no incide en el hecho de tener un empleo transitorio.

El tercer paso, luego de identificadas las variables que resultan no significativas, es ajustar el modelo final quitando esas variables, para lograr de esta forma que todas las variables modelizadas aporten en conjunto a la explicación del fenómeno, como se verá a continuación.

4. Análisis de los resultados del modelo logístico

En este apartado se presentan los coeficientes del modelo final de regresión logística ajustado para explicar el riesgo de tener un empleo agrario transitorio, los que se recogen en la siguiente Tabla 1. En ella se exponen los coeficientes6 (ß y el odd-ratio eß), y a su vez se presentan junto a los coeficientes del modelo de partida7.

Como se puede observar de las tres primeras variables que integran la dimensión sociodemográfica del modelo final, dos de ellas resultan con un impacto relevante en la explicación: la edad y el lugar de residencia, en tanto el aporte del sexo es de menor cuantía.

De los coeficientes obtenidos se interpreta que a medida que disminuye la edad de los asalariados agrarios aumenta la probabilidad de mantener empleos transitorios. Por cada año que decrece la edad, la probabilidad de tener un empleo transitorio aumenta 1,04 veces. Esto es, la diminución de cada año en la edad aumenta las chances de transitoriedad en 4 %. Por ejemplo, si el asalariado tiene 18 años en lugar de 40 años la probabilidad de ser transitorio aumenta en un 137 %, manteniendo constantes las demás variables.

De la misma forma, los asalariados agrarios que residen en el medio urbano muestran mayor riesgo de ser trabajadores transitorios. La transitoriedad guarda una relación directa con la urbanización. Las chances de ser transitorio entre los asalariados agrarios que residen en las localidades urbanas –con más de 5000 habitantes– son 2,5 veces mayores que entre los que viven en el medio rural disperso. Este mismo riesgo de ser transitorios es compartido también por los asalariados agrarios que residen en pequeños pueblos rurales –menores de 5000 habitantes–. En otras palabras, podemos afirmar que la probabilidad de los asalariados agrarios que residen en zonas urbanas y pequeños pueblos rurales aumenta 150 % respecto de los que viven en el medio rural disperso.

TABLA 1
Riesgo de transitoriedad en el empleo agrario. Modelo de regresión logística
Riesgo de transitoriedad en el empleo agrario. Modelo de regresión logística
Fuente: Elaboración propia en base a las Encuestas Continuas de Hogares INE, 2016, 2017, 2018 y 2019. Significación menor de 1/1.000. *No Significativo

Modelo Inicial: R2Cox-Snell=0,199; R2Nagelkerke=0,296

Modelo Final: R2Cox-Snell=0,199; R2Nagelkerke=0,295

En lo que respecta al sexo, se observa que en las mujeres asalariadas aumenta levemente el riesgo de tener un empleo transitorio con respecto al que muestran los varones. Si se mantienen las demás variables constantes, una mujer tiene un 20 % más de probabilidades de ser transitoria en el sector agrario. Pero el aporte del sexo al fenómeno puede ser más significativo si pasamos de una modelización nacional a una por ramas de producción8.

Estos atributos discutidos hasta aquí confirman los estudios realizados sobre el perfil sociodemográfico que asume este tipo de trabajadores rurales. La transitoriedad es más frecuente entre los asalariados de edades tempranas y reclutados en pueblos y ciudades medianas o grandes (Riella y Mascheroni, 2015; Ramírez, 2014).

La segunda dimensión del modelo refiere a las características de los hogares. En su análisis se evidencia que la probabilidad de trabajar transitoriamente en el agro está asociada a varias de ellas. En referencia a la estructura del hogar, el riesgo menor lo tienen aquellos asalariados que proviene de hogares menos numerosos. En este sentido, vemos que cuando aumenta el tamaño del hogar también lo hace la probabilidad de ser transitorio. Por cada miembro más que tiene un hogar la chance de ser transitorio se incrementa 1,06 veces. Por su parte, los hogares que tienen mayor chance de tener un asalariado con este tipo de empleo son aquellos que prestan algunas carencias básicas insatisfechas y los que tienen ingresos por debajo de la línea de pobreza. Para un trabajador asalariado perteneciente a un hogar con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) la chance de ser transitorio es 1,5 más grande que la de un asalariado agrario de un hogar sin NBI. De esta forma, la probabilidad de tener un empleo transitorio entre los asalariados que provienen de un hogar con NBI aumenta 51 % con respecto a aquellos cuyo hogar no presenta carencias básicas. En tanto, manteniendo las demás variables constantes, la probabilidad de un asalariado de tener un empleo transitorio es 33 % mayor si proviene de un hogar por debajo de la línea de pobreza. En cambio, constatamos que esta probabilidad sólo es de un 17 % mayor en el caso de los asalariados que provienen de hogares que mantienen transferencias económicas de otros hogares. Esto puede estar indicando que, al tener algún tipo de trasferencia, los integrantes de estos hogares no se verían tan obligados a tener que aceptar empleos transitorios.

En lo que respecta a la tercera dimensión del modelo, que incluye el conjunto de variables asociadas a las características del empleo, se observa, en primer lugar, que el riesgo de transitoriedad es mayor entre quienes tienen empleos sin calificación. Como era de esperar, tener una ocupación no calificada en el agro incrementa en un 41 % la probabilidad de transitoriedad frente a quienes tiene ocupaciones semicalificadas y calificadas en el sector. En cuanto a la formalidad del empleo, los asalariados que no aportan a la seguridad social tienen un 49 % más de probabilidad de tener un empleo transitorio que aquellos que sí muestran aportes. También se observa que la chance de ser transitorio se incrementa en 3,8 veces si los ingresos son menores a un salario mínimo nacional9 frente a un trabajador que percibe un ingreso mayor a 1 Salario Mínimo Nacional (SMN); en otras palabras, estos trabajadores muestran un 280 % más de probabilidad de tener un empleo transitorio, manteniendo las demás variables del modelo constantes.

En síntesis, vemos que las tres dimensiones del modelo aportan variables explicativas del fenómeno y muestran la interdependencia entre las múltiples determinantes estructurales e individuales en la generación y reproducción de las condiciones sociales para la existencia de fuerza de trabajo dispuesta a ser contratada en condiciones de transitoriedad.

A su vez, el modelo logístico utilizado nos permite presentar una síntesis jerarquizando la capacidad predictiva de cada variable por separado. De ellas, la que tiene mayor capacidad para estimar la probabilidad de tener empleo transitorio es el salario, que indica que cuanto más bajo, más probabilidad de transitoriedad existe. Luego sigue el lugar de residencia, que devela que la probabilidad se incrementa si los asalariados agrarios viven en el medio urbano. La edad es la tercera variable con fuerte capacidad explicativa, que incrementa la probabilidad de tener empleo transitorio a medida que se reduce la edad.

En un segundo orden de capacidad predictiva se encuentran las variables que indican la presencia de carencias críticas en el hogar del trabajador y la ausencia de la seguridad social, lo que da cuenta de que la informalidad predice el riesgo de caer en situaciones de transitoriedad en lo laboral.

En tercer lugar, existe un conjunto de variables que tienen menor poder predictivo dentro del modelo: calificación de la ocupación, línea de pobreza del hogar, tamaño del hogar, presencia de transferencias económicas de otros hogares y sexo.

5. Modelos de riegos según características específicas

Para comprender mejor los riesgos de transitoriedad en los empleos agrarios y poder valorar estrategias de acción desde las políticas públicas y ámbitos institucionales, intentamos estimar –a partir del logit– las probabilidades pronosticadas para algunos casos particulares que pueden definirse a partir de la interacción de un conjunto de variables que integran el modelo.

El primer conjunto de variables seleccionadas es conformado por aquellas que dan un perfil individual del trabajador transitorio: la edad, el sexo y el área de residencia. Al mantener constantes el resto de las variables del modelo podemos analizar el impacto combinado de estas variables en la probabilidad de transitoriedad en el empleo y poner de manifiesto los rasgos más destacados de este colectivo de trabajadores, como puede visualizase en el Gráfico 1.

En el caso de una asalariada agraria de 18 años que reside en el medio urbano o en pequeñas localidades, el riesgo de tener un empleo transitorio es del 87 %; en tanto, si el lugar de residencia es el medio rural disperso, la probabilidad desciende al 72 %. A su vez, el efecto de la edad puede observarse comparando con una asalariada de 50 años de edad, donde los datos revelan que esta probabilidad desciende al 68 % y al 46 % respectivamente.10

Estos guarismos son, en el caso de un varón con las mismas características, 84 % (18 años, urbano), 68 % (18 años, rural), 64 % (50 años, urbano) y 41 % (50 años, rural).

Gráfico 1
Probabilidad de transitoriedad en el empleo de los asalariados agrarios según edad, sexo y ámbito de residencia*
Probabilidad de transitoriedad en el empleo de los asalariados agrarios según edad, sexo y ámbito de residencia*
Fuente: Elaboración propia en base a las Encuestas Continuas de Hogares INE, 2016, 2017, 2018 y 2019. *Manteniendo constantes las variables referidas a las características del hogar y laborales: ocupación no calificada, sin aportes a la seguridad social, salario menor a 1 SMN, hogar con 2 miembros, NBI, por debajo de la línea de pobreza y que recibe transferencias económica de otros hogares.

En el segundo caso se busca visualizar un perfil de hogares determinando el impacto de las características de estos en la transitoriedad de los empleos agrarios. Se incluyeron tres variables: NBI, línea de pobreza y transferencias económicas de otros hogares. En la siguiente Tabla 2 se observan los resultados.

La peor situación en cuanto a riesgo se configura en los asalariados agrarios que pertenecen a hogares que tienen carencias materiales y déficit de ingresos, y –probablemente vinculado a lo anterior– mantienen transferencias económicas de otros hogares; en tales casos, la probabilidad de los asalariados agrarios de tener empleos transitorios trepa al 84 %11. La distancia con el extremo definido hogares sin NBI, por encima de la línea de pobreza sin transferencias económicas de otros hogares, alcanza a 16 puntos porcentuales.

Tabla 2
Probabilidad de transitoriedad en el empleo de los asalariados agrarios según características de los hogares*
Probabilidad de transitoriedad en el empleo de los asalariados agrarios según características de los hogares*
Fuente: Elaboración propia en base a las Encuestas Continuas de Hogares INE, 2016, 2017, 2018 y 2019. *Manteniendo constantes las variables sociodemográficas y laborales: varón, 21 años, residencia urbana, ocupación no calificada, sin aportes a la seguridad social, salario menor a 1 SMN, y viviendo en un hogar con 3 miembros.

Finalmente, se buscó establecer un perfil de riegos observando el efecto de las variables referidas a empleo y distinguiendo entre varones y mujeres. El peor pronóstico se estima para una mujer que no aporta a la seguridad social, con un salario menor a 1 Salario Mínimo Nacional y con una ocupación no calificada, donde la probabilidad de transitoriedad en el empleo alcanza al 86 %, en tanto en el otro extremo se encuentra un varón con aportes sociales, ingreso mayor a 1 Salario Mínimo y ocupación calificada, donde la probabilidad es del 40 %12.

Tabla 3
Probabilidad de transitoriedad en el empleo de los asalariados agrarios según características de los empleos y sexo*
Probabilidad de transitoriedad en el empleo de los asalariados agrarios  según características de los empleos y sexo*
Fuente: Elaboración propia en base a las Encuestas Continuas de Hogares INE, 2016, 2017, 2018 y 2019. *Manteniendo constantes las variables referidas a las características de los hogares y edad y residencia: 21 años, residencia urbana, 3 miembros en el hogar, con NBI, por debajo de la línea de pobreza y recibe transferencia económica de otros hogares.

6. Conclusiones

El abordaje metodológico utilizado en este artículo nos ha permitido profundizar en varias características de los trabajadores transitorios agrarios y sus hogares, y así avanzar en la comprensión sobre las condiciones de empleo y de vida de este colectivo en nuestro país. La utilización de las encuestas nacionales permitió contar con la cantidad suficiente de información cuantitativa para realizar este análisis multivariado y poner de manifiesto –a partir de la estimación de la probabilidad– cuáles son las principales fuentes de vulnerabilidad y riesgo que llevan a los empleos transitorios en el sector. Este análisis también da información útil para pensar el diseño de acciones tendiente a reducir dichas fuentes de vulnerabilidad y mejorar las condiciones de este tipo de empleo.

Los resultados obtenidos con el análisis corroboran las teorías referidas en este artículo, que indican que la intermitencia en la relación con el mercado de trabajo afecta principalmente a jóvenes (Dirven, 2016). También se pudo observar, como indican estudios similares para países de la región, que –a igualdad de condiciones– emergen, dentro de este grupo de jóvenes, las mujeres como algo más expuestas a esta inserción incompleta en el mercado laboral (Valdés, 2012).

La edad temprana en la que se reclutan estos trabajadores permite hipotetizar que esta demanda eventual de trabajo puede operar como un estímulo al tránsito hacia la desafiliación definitiva del sistema educativo formal. Esto puede ser uno de los factores que contribuyen a que en los territorios rurales y de influencia del sector agrario se imponga una lógica de reproducción de las condiciones sociales que posibilitan disponer de una abundante población con baja calificación para cubrir dichos puestos de trabajo.

Para el caso uruguayo, vemos que este colectivo, además de ser joven, habita en áreas urbanas periféricas o en pequeñas ciudades del interior del país. El perfil urbano de estos trabajadores también viene a reafirmar que los asalariados que residen en el medio rural disperso son mayormente trabajadores permanentes (Neiman et al., 2006), y que las tareas zafrales y eventuales se resuelven acudiendo a los actuales sistemas de intermediación de mano de obra (contratistas o empresas se servicios) que se encargan de reclutar a estos trabajadores transitorios en pueblos y ciudades aledañas (Martínez, Sánchez y Riella, 2016).

Por su parte, al observar los rasgos del empleo se manifiestan las mayores oportunidades de tener inserciones intermitentes en el mercado de trabajos en aquellos que reciben muy bajos salarios y que en su mayoría no cuentan con un acceso pleno a la seguridad social.

El análisis logístico brinda evidencia empírica, a su vez, sobre la interacción entre estas condiciones de empleabilidad intermitente –sin calificación, con bajos salarios y poca cobertura de los servicios de seguridad social– y elementos más estructurales de la estratificación, como el origen social de estos trabajadores, dado por hogares con carencias en sus necesidades básicas e insuficiencia de ingresos, en la definición de la transitoriedad. La interacción de estos factores indicaría que a las dificultades cotidianas de este colectivo para asegurar los recursos suficientes para cubrir sus necesidades diarias se les agrega la incapacidad de sus empleos para contribuir a lograr superar los problemas de subsistencia de estas familias en el mediano plazo y largo plazo.

Esto nos brinda una imagen de cómo se conforman los circuitos de producción y reproducción de las condiciones de vulnerabilidad social a la que están sujetas las familias de quienes se ven en la necesidad de aceptar una inserción laboral intermitente en el mercado de trabajo agrario en el país.

En conclusión, nuestros hallazgos coinciden con investigaciones realizadas para otros países del continente (Soto y Klein, 2012), que muestran que este tipo de empleo no contribuye a que los hogares superen sus carencias básicas, y reproduce su pobreza y su vulnerabilidad social. Para el caso uruguayo, el presente estudio constituye una evidencia más de la extrema desigualdad en la redistribución de la riqueza en el agro, uno de los sectores más pujantes económicamente del país. Una parte importante de los asalariados agrarios, y en particular el segmento que hemos analizado en este artículo, no logra recibir por su trabajo la remuneración necesaria para garantizar niveles socialmente aceptables de bienestar. Esta permanente forma de precarización del empleo va profundizando la brecha de oportunidades en cada generación haciendo que este colectivo sea cada vez más dependiente de estos empleos intermitentes para su reproducción social, lo que da posibilidades a los empresarios de cubrir sus necesidades de mano de obra transitoria en todos los momentos del año.

Referencias bibliográficas

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Notas

1 La definición operativa de trabajo transitorio que utilizan los autores citados identifica, sobre la base de las variables disponibles en la Encuesta Continua de Hogares, seis tipos de intermitencia anual en el mercado laboral, que permiten definir empíricamente el universo de trabajadores transitorios agrarios. Estos son a) desocupados por finalización de una zafra, b) desocupados que tuvieron su ultimo empleo en el sector agrario, c) desocupados que trabajan como cuentapropistas sin local (autónomos), cuya última ocupación fue la venta de servicios a una empresa del sector agropecuario, d) trabajadores que estando ocupados declaran haber estado desocupados en el último año, e) trabajadores que declaran estar ocupados en el sector hace menos de 6 meses, f) trabajadores por cuenta propia sin local (autónomos) que han estado desocupados en el último año vendiendo servicios a una empresa del sector agropecuario.
2 La Encuesta Continua de Hogares (ECH) es una encuesta nacional cross-section anual que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE) desde el año 1968 y que incorpora desde el 2006 representación de las zonas rurales. El marco muestral utilizado proviene de los hogares registrados en el Censo de Población de 2011. La cantidad de casos es de unos 53.000 hogares y unas 110.000 personas anuales. La selección de la muestra se realiza con base en un muestreo complejo que cuenta básicamente con cuatro estratos, correspondientes a Montevideo y su zona metropolitana, ciudades de 5000 habitantes o más, localidades menores a 5.000 habitantes y áreas rurales.
3 La definición del sector de actividad del trabajador agrario se realiza con base en la Rama de actividad a la que se dedica el establecimiento en el que está ocupado. Tomando todas aquellas actividades vinculadas a la RAMA 1 de acuerdo con la clasificación CIIU REV.4 adaptada a Uruguay, esto incluye principalmente en Uruguay cinco grandes sectores de actividad: ganadería, agricultura, forestación, hortifruticultura y granja.
4 En este artículo, cuando se refiere al concepto de explicación, se lo hace en tanto explicación probabilística. Un modelo probabilístico trata de reducir al máximo posible el error y dar una estimación confiable de la ocurrencia del acontecimiento analizado, en términos de probabilidad especificable entre 0 y 1. Dicha forma de explicación introduce grados de incertidumbre frente al determinismo de la explicación causal pensada en un esquema nomológico-deductivo.
5 La mitad del total de trabajadores sólo consigue cursar el nivel primario (Riella y Ramírez, 2021).
6 Una forma simple de interpretar los modelos de regresión logística es considerar el coeficiente ß de manera similar a los coeficientes de regresión lineal. ß indicaría cuánto aumenta la variable dependiente ante una variación de la independiente. La diferencia estriba en que la variable dependiente es el logaritmo del odd, que es la razón entre la probabilidad de que ocurra el suceso sobre la probabilidad de que no ocurra-. Si bien ß nos informa de la intensidad y dirección de la relación, suele utilizarse eß -odd-ratio- para realizar una lectura en términos de relación. El odd-ratio nos indica cuántas veces es más -o menos- probable que el suceso estudiado (variable dependiente) se produzca en aquellos que tienen determinado atributo en relación con la categoría de referencia de esa variable independiente.
7 En la Tabla, para cada variable se han indicado las categorías de referencia entre paréntesis.
8 Existe un comportamiento diferencial por rubro que puede ayudar a comprender la incidencia de la variable sexo. La ganadería es la actividad que tiene el mayor peso en la producción de empleo agrario pero muestra que las mujeres empleadas en este rubro tienden a tener empleos transitorios en menor medida que sus pares varones (16 % frente a 19 %). Esta característica hace que, al observar globalmente a los asalariados agrarios, se encuentre un peso relativamente similar de la transitoriedad entre las mujeres y los varones, reduciendo la relevancia que adquiere este fenómeno en otros rubros, como por ejemplo en la horticultura, donde las mujeres alcanzan el 45 % frente al 30 % de los varones (Ramírez, 2021).
9 La referencia del ingreso es el mes anterior del relevamiento de datos. En este artículo sólo consideramos los ingresos mensuales por trabajo, con la intención de mostrar los grados de su insuficiencia para la reproducción del hogar. No fue intención específica de este artículo asociarlo a la tarea, sino a la condición de transitoriedad que revisten los trabajadores. No fue posible desarrollar la relación entre el tipo de tarea e ingresos en este trabajo, lo que será abordado en otro artículo.
10 En estos casos típicos planteados se mantienen constantes las demás variables incorporadas en el modelo con los siguientes valores: ocupación no calificada, sin aportes a la seguridad social, salario menor a 1 SMN, hogar con 2 miembros, NBI, por debajo de la línea de pobreza y que mantiene transferencias económicas de otros hogares.
11 En la estimación de estas probabilidades se mantuvieron constantes las demás incluidas en el modelo con los siguientes valores: varón, 21 años, residencia urbana, ocupación no calificada, sin aportes a la seguridad social, salario menor a 1 SMN y viviendo en un hogar con 3 miembros.
12 Se mantienen constantes las demás variables con los siguientes valores: 21 años, residencia urbana, 3 miembros en el hogar, con NBI, por debajo de la línea de pobreza y que recibe transferencias económicas de otros hogares.

Recepción: 23 Marzo 2022

Aprobación: 03 Agosto 2022

Publicación: 01 Diciembre 2022

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