RELMECS, diciembre 2023 - mayo 2024, vol. 13, nº2, e135. ISSN 1853-7863
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Centro Interdisciplinario de Metodología de las Ciencias Sociales
Red Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales

Artículos

La conflictividad socioambiental en torno al agronegocio: una propuesta metodológica para su abordaje

Nicolás Forlani

Instituto de Investigaciones Sociales, Territoriales y Educativas (CONICET-UNRC), Universidad Nacional de Río Cuarto, Argentina
Cita sugerida: Forlani, N. (2023). La conflictividad socioambiental en torno al agronegocio: una propuesta metodológica para su abordaje. Revista Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales, 13(2), e135. https://doi.org/10.24215/18537863e135

Resumen: En el transcurso de este siglo XXI se registran múltiples acciones contestatarias ante la lógica agrícola hegemónica en Argentina: el agronegocio. A las históricas resistencias libradas en el espacio rural, se ha sumado en el periodo contemporáneo una creciente conflictividad socioambiental con epicentro en los espacios urbanos emplazados en el área agrícola. El presente artículo ofrece una propuesta metodológica para analizar las acciones colectivas inmanentes a tales conflictos sobre la base de la adopción de un abordaje cualitativo de tipo socio-antropológico y la apelación a los métodos de estudio de caso y narrativo.

Palabras clave: Agronegocio, Conflictos socioambientales, Resistencias urbanas, Estudio de caso, Método narrativo.

Socio-environmental conflict around agribusiness: a methodological proposal for its approach

Abstract: In the course of the twenty-first century, multiple protest actions have been recorded against the hegemonic agricultural logic in Argentina: agribusiness. In addition to the historical resistance waged in rural areas, the contemporary period has seen a growing socio-environmental conflict with its epicenter in urban spaces located in agricultural areas. This article offers a methodological proposal to analyze the collective actions inherent to such conflicts based on the adoption of a qualitative socio-anthropological approach and the appeal to case and narrative study methods.

Keywords: Agribusiness, Socio-environmental conflicts, Urban resistances, Case study, Narrative method.

Os conflitos socioambientais em torno do agronegócio: uma proposta metodológica para abordar

Resumo: No decorrer do século XXI, foram registradas múltiplas ações de protesto contra a lógica agrícola hegemônica na Argentina: o agronegócio. Além da resistência histórica nas áreas rurais, atualmente vemos um crescente conflito socioambiental com seu epicentro em espaços urbanos localizados na zona agrícola. Neste artigo, é apresentada uma proposta metodológica para analisar as ações coletivas imanentes a esses conflitos. Propomos a fertilidade analítica que a adoção de uma abordagem qualitativa de tipo socioantropológico e o apelo ao estudo de caso e o método narrativo proporcionam ao objeto de estudo.

Palavras-chave: Agronegócio, Conflitos socioambientais, Resistência urbana, Estudo de caso, Método narrativo.

1. Introducción

El modelo de agronegocio en la Argentina viene siendo objeto de resistencias a partir de una multiplicidad de acciones colectivas que denuncian impactos ambientales identificados como inherentes a la agricultura moderna.

Especialmente en la provincia de Córdoba, en lo que va de este siglo XXI, en diferentes localidades emplazadas en el área de producción agrícola se registra el surgimiento de protestas sociales, así como la constitución de espacios asamblearios que protagonizan resistencias frente a contenidos del agronegocio.1 Desde las denuncias en el barrio Ituzaingó de la ciudad de Córdoba por las fumigaciones con agroquímicos (Berger y Carrizo, 2019), hasta la resistencia a la instalación de la megaplanta acopiadora de semillas de Monsanto en la localidad de Malvinas Argentinas (Agosto, 2014), una multiplicidad de cuestionamientos ante la lógica agrícola moderna han adquirido estado público, y revelado un estado de conflictividad socioambiental.2

Según hemos reflexionado en otras oportunidades (Forlani, 2021), las resistencias urbanas frente al agronegocio constituyen experiencias contestatarias novedosas con relación a la dinámica del modelo productivo hegemónico.3 Por un lado, porque dan cuenta de una mayor complejidad respecto de los territorios y los actores colectivos que se oponen a la expansión del agronegocio: a las históricas luchas en defensa de la tierra desarrolladas en el medio rural por movimientos campesinos e indígenas (Giarracca y Teubal, 2010), se han incorporado en estas últimas décadas, con un protagonismo relevante, las resistencias con epicentro en los espacios urbanos. Por el otro, dada la matriz de significación con la cual estos movimientos sociales urbanos cuestionan la dinámica del agronegocio, las denuncias frente al modelo tienen su punto de arraigo en la defensa del ambiente concebido como bien común; ergo, su alteración es percibida como un daño que afecta al conjunto de la comunidad. En suma: los impactos ambientales de la agricultura moderna no se circunscriben desde esta lectura al ámbito de lo privado, sino que son de orden público; de allí las demandas de los colectivos movilizados frente al Estado.

Destacamos la noción de matriz de significación por cuanto la problematización en clave ambiental del agronegocio no es el resultado de una determinación necesaria sino contingente. Señala Hernández (2017) que en la Argentina, desde 1980, casi todas las producciones agrícolas registran usos de agroquímicos peligrosos, pero es recién iniciada la primera década del siglo en curso cuando los impactos sanitarios de los agroquímicos comienzan a tomar estado público. Lo que queremos asentar es que la percepción acerca del riesgo ambiental en torno a la lógica productiva del agronegocio es el resultado de un proceso intersubjetivo, más que la consecuencia lógica derivada de ciertas “condiciones objetivas”.4 De allí la relevancia sociológica y politológica de analizar cómo surgen y se desenvuelven las preocupaciones en torno al modelo productivo hasta el punto de convertirse en problemáticas ambientales que demandan la atención pública. Y cómo, en torno a ello, se gestan identidades colectivas.

La producción de conocimientos sobre tales interrogantes nos movilizó a efectuar una investigación doctoral (Forlani, 2014, 2021), bajo la hipótesis de trabajo de que el surgimiento y reconfiguración de estas acciones colectivas estaban ligadas a la identificación por parte de diversos actores sociales de un posible vínculo entre los insumos utilizados en la producción agropecuaria y la proliferación de enfermedades y patologías en la población. Ello, como resultante de experiencias en sus propios cuerpos, de conocer otros antecedentes, así como por el acceso a investigaciones científicas que evidenciaban correlaciones entre la utilización de agroquímicos y transgénicos y el desarrollo de patologías. Ante el escaso control de las autoridades públicas sobre las pulverizaciones periurbanas y la salubridad de las frutas y verduras, sumado a la aprobación estatal de emprendimientos ligados a la expansión del agronegocio, se conformarían espacios colectivos que fueron complejizando sus demandas para pasar de cuestionamientos parciales a otros de mayor integralidad sobre el modelo hegemónico de agricultura. En este marco, visualizamos que la problematización de aristas del agronegocio en distintos ámbitos (organizaciones sociales, centros de estudios, espacios institucionales, medios de comunicación, etc.) habría contribuido a la instalación de la discusión acerca de los impactos negativos del agronegocio como un problema de carácter público.5

Explicitados el problema investigativo y la hipótesis de trabajo, en esta oportunidad recuperamos las consideraciones metodológicas que guiaron la investigación y que nos permitieron alcanzar una tesis en torno a los interrogantes señalados, que explicitaremos en las conclusiones. No obstante, previamente resumiremos la perspectiva ontológica-teórica del trabajo realizado, habida cuenta de su correspondencia/complementariedad con las estrategias y los recursos de los que nos valimos para indagar en torno al problema investigativo asentado.

Inicialmente, adscribimos al análisis de los procesos de movilización social en un devenir trasvasado por el conflicto en sus dimensiones temporales y espaciales; de allí el seguimiento de las acciones colectivas contestatarias al agronegocio en tanto procesos sociopolíticos en los que las experiencias de subjetivación de los actores movilizados se constituye en tensión inerradicable entre “el orden” y “el conflicto”.6

Para tal propósito, divisamos la necesidad de recurrir a un enfoque teórico metodológico capaz de solventar tres aspectos fundamentales: a) dilucidar las movilizaciones colectivas ligadas a las resistencias urbanas frente a los impactos del agronegocio desde una perspectiva constructivista de la realidad social, es decir, entendiendo que el modo en que se estructura una sociedad es el resultado de prácticas contingentes cuyas sedimentaciones en determinadas coordenadas de lugar y tiempo no dejan de ser, en última instancia, parciales; ergo, modificables; b) reconocer la inherencia y centralidad del conflicto con relación a la constitución de lo social; y c) divisar el carácter relacional e histórico de las identidades de los actores sociales y de los territorios en los que se desarrollan los conflictos.

En la búsqueda de un marco teórico-analítico que contemple los aspectos señalados recurrimos, por un lado, a la sociología de los problemas públicos, en especial a la sociología pragmática de autores como Boltanski y Cefaï; por el otro, a las perspectivas relacionales del territorio de autores como Haesbaert, Massey y Santos. En conjunto, el seguimiento práctico-situado de los procesos de movilización y la dimensión relacional de los territorios nos brindaron una “caja de herramientas” para la comprensión de las múltiples aristas que componen nuestro problema central de investigación. Ampliamos: por un lado, la “actividad de la denuncia”, “el sistema actancial de la denuncia”, “los regímenes de justificación”, “las experiencias de investigación”, “las arenas públicas” constituyeron, entre otras, categorías/conceptos de alcance medio provistos por la sociología pragmática de los problemas públicos, instrumentos analíticos que nos permitieron restituir las experiencias colectivas en las que emergieron ciertas preocupaciones sanitarias hasta su constitución como problemas socioambientales que demandaron/ganaron la atención pública. Por el otro, la incorporación de la territorialidad bajo las nociones de “fijos y flujos”, “objetos y acciones”, “rugosidades”, “apropiación y dominación”, “regiones productivas agrícolas” y “acción territorial” allanó la comprensión acerca de la mutua e interactiva relación entre la constitución de los lugares y la de los actores que en ellos dirimen modos disímiles de concebir y usar los territorios.

2. Consideraciones metodológicas para el estudio de las experiencias colectivas urbanas en resistencia al agronegocio

Habida cuenta del desafío de analizar y comprender las prácticas materiales y simbólicas de los actores que en general forman parte de los conflictos con relación al agronegocio y, en particular, de aquellos que se movilizaron en la denuncia y/o cuestionamiento frente al avance de esta lógica productiva, en la investigación recurrimos a un enfoque metodológico cualitativo de tipo socio-antropológico. A continuación, pasaremos a desglosar el diseño metodológico y las técnicas de recolección de datos que nos permitieron reconstruir experiencias contestatarias y, a partir de ellas, alcanzar conocimientos más generales/transversales de la conflictividad socioambiental asociada.

El estudio de caso “instrumental”

Inicialmente, apelamos al método de estudio de caso de tipo “instrumental”; es decir, aquel para el cual los casos revisten “un interés secundario y desempeña[n] un papel de apoyo, facilitando la comprensión del problema, aunque debe[n] ser estudiado en detalle, explorando sus particularidades y contextos, ya que esto constituye información igualmente relevante” (Stake, 2003, pp. 135-136, en Merlinsky, 2013b, p. 62).7 En este sentido, seleccionamos dos experiencias colectivas urbanas que formularon cuestionamientos a contenidos del agronegocio en dos localidades ubicadas en la región pampeana: Río Cuarto (RC) y Malvinas Argentinas (MA), ambas en la provincia de Córdoba. La selección de estos casos, conviene precisar, no procuraba una búsqueda comparativa sino, antes bien, heurística en la medida en que, según pasaremos a sistematizar, las experiencias de movilización en las localidades aludidas resumían un conjunto de elementos cuya presencia era significativa para las preguntas de la investigación.

Primeramente advertimos, en la revisión de la bibliografía disponible (antecedentes de estudio), que las experiencias de RC y MA compartían características comunes, pero también aspectos singulares y diferenciales. Entre las primeras se destaca que en ambas localidades se conformaron espacios asamblearios (“Río Cuarto Sin Agrotóxicos” —RCSA— y “Malvinas Lucha Por La Vida” —MLPLV—) al calor de la conflictividad desatada centralmente alrededor de los intentos de Monsanto por instalar hacia el año 2012, de manera simultánea, una megaplanta acondicionadora de semillas en MA y un centro experimental en RC. Asimismo, en los dos espacios urbanos los litigios se desplegaron en una multiplicidad de arenas públicas (las universidades, la justicia y los distintos espacios públicos: calles y plazas), que convocaron a múltiples actores sociales (organizaciones sociales, estudiantiles, sindicales, culturales, políticas, partidarias, así como diversas personalidades destacadas en diversos ámbitos: científicos, abogados, religiosos), cuyos involucramientos en las disputas coadyuvaron a la instalación pública de las preocupaciones expresadas, en ambas experiencias, en clave ambiental.

Entre los rasgos singulares y diferenciales se divisó un contraste marcado en lo que atañe a la integración de las respectivas ciudades al circuito económico del agronegocio. Mientras que RC constituye una “ciudad del agronegocio”,8MA se encuentra escasamente vinculada al entramado productivo de la dinámica agrícola hegemónica.9 También ambas experiencias contrastaban en lo que se refiere a los antecedentes de acciones colectivas contestatarias a los impactos del agronegocio: en RC, antes del conflicto frente a Monsanto, se registraban acciones de protesta social por las fumigaciones periurbanas y los depósitos de agroquímicos, así como procesos organizativos en torno a la defensa del bosque nativo, en tanto en MA tales preocupaciones se constituyeron en el marco del litigio frente a Monsanto.

Finalmente, advertimos también que en el nivel de las transformaciones territoriales, institucionales, jurídicas y políticas asociadas a los conflictos en cada una de las localidades era posible identificar alcances y límites también comunes y diferenciales: la imposibilidad de Monsanto de instalar tanto la planta acondicionadora de semillas como la estación experimental en las respectivas ciudades, la judicialización del conflicto en MA bajo la apelación de la normativa ambiental, la concreción de una audiencia pública para debatir los impactos del modelo agrícola en RC y las dificultades en la promoción de formas alternativas de producción, como la agroecología, en ambas localidades.

Dado estos aspectos compartidos y diferenciales, el estudio de caso múltiple de tipo instrumental nos permitió —reasentamos—, a la vez que una comprensión específica acerca de la constitución de las acciones colectivas contestatarias constituidas en ambas ciudades, arribar a conocimientos más generales sobre la multiplicidad de conflictos socioambientales que han emergido en las últimas décadas en distintos espacios urbanos emplazados en la región pampeana.

Niveles de análisis: la configuración socioterritorial del agronegocio

Avanzando respecto del diseño metodológico, este se organizó en tres niveles de análisis: primero, la identificación de las condiciones sociohistóricas/territoriales sedimentadas en las que emergieron los conflictos; luego, el análisis de las operaciones discursivas que lo conformaron y que dieron lugar a acciones colectivas de protesta social y, posteriormente, a la constitución de espacios asamblearios contestatarios al agronegocio; finalmente, la exploración de las transformaciones sociales, territoriales, jurídicas e institucionales derivadas de las movilizaciones sociales vinculadas a los conflictos en cuestión.10

A los efectos de caracterizar la configuración socioterritorial de las localidades bajo estudio,11 detectamos las principales transformaciones acontecidas en el período 1996-201812 en los departamentos de RC y Colón (donde se localiza MA). Al respecto, recuperando las dimensiones que Elias (2012) propone para abordar las transformaciones socioterritoriales en las regiones productivas agrícolas modernas, procedimos a cotejar las siguientes variables sobre los departamentos referidos:

  1. 1. Los cambios en el uso del suelo y el tipo de explotaciones. La observación de estas variables nos permitió identificar las principales transformaciones en la estructura productiva. Aquí prestamos atención a los siguientes aspectos: tamaño medio de las explotaciones, distribución de las explotaciones según estrato de superficie y formas de tenencia de la tierra y uso del suelo, complementado con registros del uso de semillas transgénicas (maíz y soja) y la utilización de la siembra directa en ambos departamentos.13 Para tales registros nos valimos mayormente de fuentes secundarias; entre otras, de estadísticas y censos oficiales: Censos Nacionales Agropecuarios y las series de estimaciones agrícolas elaboradas por el Sistema Integrado de Información Agropecuaria del Ministerio de Agricultura de la Nación y el Registro Provincial (Córdoba) de Agroquímicos.
  2. 2. Ramas industriales representativas de las redes de la agroindustria. Aquí nos focalizamos en la identificación de industrias ligadas a la producción de insumos para el agro (agroquímicos y semillas) y procesamiento de materias primas (aceiteras, molineras y combustibles) ubicadas en el ejido urbano de RC y MA. Para ello revisamos informes estatales (Subsecretaría de Planificación Territorial de la Inversión Pública del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda), investigaciones científicas focalizadas en la materia (entre otras, Finola y Maldonado, 2017; Emiliozzi et al, 2017) y datos proporcionados por cámaras empresariales (industriales, hoteleras, comerciales).
  3. 3. Ocupación y condición según rama de actividad laboral. El análisis de estas variables nos permitió una aproximación al mercado de trabajo para cada localidad, aspecto que resulta de utilidad pues uno de los argumentos que esgrimen quienes promueven el agronegocio para habilitar y fomentar la instalación de agroindustrias es la necesidad de generar puestos de trabajo.14

    Como complemento de la caracterización socioeconómica de RC y MA incorporamos el registro de necesidades básicas insatisfechas, los datos de aporte jubilatorios de la población económicamente activa (este último para divisar el grado de formalidad/informalidad laboral), los índices de escolaridad y la dinámica demográfica a nivel departamental (crecimiento poblacional y su distribución rural-urbana). Para ello recurrimos a los datos provistos por los Censos Nacionales y provinciales de Población, Hogares y Viviendas, y a la información sistematizada por investigaciones enfocadas en las dinámicas socioeconómicas de las localidades (Gutiérrez, 2013).

  4. 4. Infraestructura y equipamientos urbanos. Analizamos los objetos asociados al agronegocio en una y otra localidad, en especial asentando la existencia o no de vías de comunicación (carreteras y ferrocarriles), de hoteles pertenecientes a cadenas nacionales e internacionales, de parques industriales, de espacios fijos y transitorios para la promoción de eventos (fiestas, ferias, convenciones), de supermercados e hipermercados, de sucursales bancarias y financieras, y de empresas inmobiliarias. También incorporamos datos de infraestructura y cobertura de servicios básicos (agua, cloacas y gas). Nuevamente, aquí apelamos como fuentes secundarias a informes estatales (Subsecretaría de Planificación Territorial de la Inversión Pública del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda), Censos Nacionales y provinciales de Población, Hogares y Viviendas, investigaciones científicas y datos proporcionados por cámaras empresariales. Como fuente primaria y de carácter complementario, incorporamos observaciones de trabajo de campo.

El método narrativo

Tras la caracterización de la configuración socio-territorial de los departamentos donde se emplazan RC y MA, procedimos a identificar aquellos sucesos o episodios centrales, es decir, aquellos en los que el conflicto alcanzó mayor visibilidad pública, para luego reconstruir sus hechos anteriores y posteriores.

Siguiendo a Merlinsky (2013a), para la reconstrucción de las experiencias colectivas apelamos al método narrativo, que consiste en definir una estructura narrativa cuya resultante es la elaboración de un relato15 mediante el cual se organizan los hechos conflictivos y se establecen sus relaciones.16 Concomitante con ello, “la tarea consistirá en descomponer la complejidad de la experiencia bajo estudio, organizando el flujo dinámico de acontecimientos que la configuran, en eventos de distinto tipo” (Merlinsky, 2013a, p. 73).

Según adelantamos, el episodio central identificado, es decir el que acaparó la atención pública en las localidades de RC y MA, se desprende del intento de Monsanto por instalar una planta y un centro experimental de semillas en ellas. Este constituye el punto de partida de cara a la reconstrucción de los diferentes sucesos que se le vinculan, cuyo trazado nos permitió analizar los antecedentes y la evolución del contenido de las demandas y los repertorios de acción a los que acudieron los actores movilizados para plantear sus problemáticas y, a posteriori, acercarnos a las transformaciones socioterritoriales a ellos asociados.

Asimismo, la reconstrucción genealógica de los procesos de movilización requiere contextualizarlos, pues los distintos acontecimientos no se producen en el vacío sino en un marco histórico (tempoespacial) que los constituye y sobre el que inciden en su configuración: “(…) para explicar un proceso es necesario recurrir al contexto en el cual éste tuvo lugar. No nos interesa explicar el contexto en sí sino el episodio, pero para hacerlo tenemos que considerar al primero” (Merlinsky, 2013a, p. 73).

Así, con la reconstrucción de la trama conflictiva, identificamos aquellas preocupaciones que los actores movilizados —en especial de las asambleas en tanto protagonistas centrales de las acciones colectivas— definían como problemas socioambientales y el modo en que los relacionaban con la expansión agrícola tanto en RC como en MA. El interés estuvo puesto en reconstruir el proceso de significación que los actores sociales realizaron de la situación problemática, en sus aspectos contingentes o en los inherentes a la expansión del agronegocio. Para este cometido, prestamos especial seguimiento a las distintas arenas públicas y lugares en los que se fueron expresando las denuncias-demandas y los repertorios de acción a los que acudieron para visibilizarlas. A tal fin, organizamos inicialmente el relato en torno al episodio central, distinguiendo/sistematizando los momentos analíticos en los que se desarrolló la problematización acerca de las iniciativas de Monsanto para cada localidad.17

El momento de la experiencia, el del litigio y el de la sutura (parcial) del conflicto

En lo que atañe al momento de la experiencia, reconstruimos los modos en que los distintos actores sociales vivenciaron la noticia de la “llegada” de Monsanto a una y otra localidad. Identificamos los “lanzadores de alarma” (Bernstein y Jasper ,1998, en Merlinsky, 2013b), es decir, las personas e instituciones que inicialmente alertaron respecto al peligro o potencialidad de daño que generarían la planta y el laboratorio de la multinacional; describimos las primeras reuniones de quienes estaban preocupados (dando cuenta del perfil de sus partícipes: edad, nivel de escolaridad, trayectorias militantes) y, en general, narramos los procesos investigativos iniciales a partir de los cuales se fue constituyendo el problema ambiental en torno a Monsanto.

En el momento del litigio, analizamos las tres arenas públicas mediante las cuales el problema ambiental en torno a Monsanto pasó a convertirse en un problema público: 1) el litigio en “la calle”, en tanto expresión del accionar colectivo en los espacios públicos (calles, rutas, plazas, edificios públicos); 2) el litigio en el ámbito académico, con epicentro en los diferendos políticos acontecidos en tres universidades radicadas en la provincia de Córdoba (Universidad Nacional de Río Cuarto, Universidad Nacional de Córdoba y Universidad Católica de Córdoba); y 3) el litigio en la arena del derecho y la actuación referida en el ámbito administrativo, normativo y del Poder Judicial.

El abordaje de los conflictos en las arenas públicas señaladas nos permitió divisar y reconstruir a) las acciones de movilización social, dando cuenta de la evolución de los repertorios de acción con los cuales los actores se expresan en el espacio público; b) la controversia de saberes, tanto al interior del conocimiento científico como entre éste y los saberes populares; y c) la inscripción de las movilizaciones sociales estudiadas en las trayectorias históricas de las acciones colectivas en la Argentina con respecto al derecho (legitimidad y legalidad), así como sus vinculaciones con las distintas esferas del Estado.

Aclaramos que el seguimiento de las arenas públicas referidas no es excluyente de otras esferas o ámbitos sociales en los que detractores y los promotores de los proyectos de la multinacional disputaron sentidos, intentando plasmar en el caso de unos, sus desacuerdos en calidad de problemas públicos y, en el de otros, una oportunidad para dar cuenta del progreso y lo beneficioso que los proyectos serían para ambas localidades. En tal sentido, la no contemplación de los medios de comunicación como un ámbito propio (más allá de su revisión en tanto fuente sobre ciertos aspectos de los conflictos) partió de una posición teórica-metodológica de no reducir la constitución de problemas públicos al accionar de dichos medios (Schillagi, 2011). Incluso más, haber dirigido el foco de la atención unilateralmente sobre estos últimos podría haber significado:

un obstáculo para arribar a una comprensión más vasta de un proceso que podríamos denominar como el de “devenir acontecimiento”, es decir, un proceso en el que están comprometidos una amplia diversidad de actores y prácticas (que por cierto exceden el campo de los medios de comunicación) así como bagajes culturales, políticos e ideológicos que forman parte del mismo (Schillagi, 2011, p. 4).

Finalmente, en el tercer momento, de la sutura (parcial) de los conflictos18y sus ramificaciones, analizamos los derroteros de los litigios con relación a la deserción de la multinacional respecto de sus proyectos para ambas localidades, para luego precisar la pluralidad de hechos vinculados al episodio central de los conflictos. Más precisamente, con la identificación de los hechos anteriores y posteriores ligados al “episodio Monsanto” reconstruimos el proceso de agregación de experiencias contestatarias a los impactos del agronegocio, señalando “la productividad” de los conflictos socioambientales en cada localidad.19

Técnicas de recolección de datos y fuentes de investigación

En lo que atañe a las técnicas de recolección de datos y a las fuentes para la construcción del relato como sistematización de la conflictividad socioambiental, recurrimos a investigaciones focalizadas en los conflictos y al propio registro de acontecimientos que los partícipes de las movilizaciones aportan, complementado con informes recopilados de la prensa (en sus diferentes formatos). Particularmente en lo que se refiere a los registros de los partícipes de las movilizaciones, señalamos que, además de la compilación de los materiales gráficos y digitales producidos por MLPLV y RCSA (documentos y declaraciones), se realizaron entrevistas a distintos integrantes de ambas asambleas. A tal fin, se partió de dos tipos de muestras no probabilísticas: a miembros de las asambleas (muestra por bola de nieve), con las que advertimos los intereses comunes que llevan a los actores sociales a conformar los espacios colectivos en cuestión; y, bajo una muestra intencional,20 entrevistas a referentes y dirigentes de las asambleas, lo que nos posibilitó indagar en profundidad acerca de cuáles son las demandas que plantean como colectivo social y la lectura que realizan del agronegocio (aspectos centrales y coyunturales del modelo, adversarios, rol del Estado y modelos alternativos de agricultura). Para controlar riesgos de homogeneidad, tomamos distintos informantes iniciales para el muestreo por bola de nieve; para ello, acudimos al material documental y de prensa a los efectos de registrar si hubo conflictos internos, grupos de distinta procedencia, etc.

Asimismo, una estrategia que permitió complementar la comprensión sobre los procesos de movilización social, en especial en RC, fue la autoetnografía, dada la participación activa del autor de la tesis en cuestión en las acciones colectivas protagonizadas por la Asamblea RCSA. Esta estrategia metodológica cualitativa en la que el investigador “es arte y parte del fenómeno que se quiere narrar” (Scribano y De Sena, 2009, p. 8) permitió utilizar los materiales autobiográficos como datos primarios (Guerrero Muñoz, 2014). Esto último, habida cuenta de que la autoetnografía consiste precisamente “en aprovechar y hacer valer las ‘experiencias’ afectivas y cognitivas de quien quiere elaborar conocimiento sobre un aspecto de la realidad basado justamente en su participación en el mundo de la vida en el cual está inscripto dicho aspecto” (Scribano y De Sena, 2009, p. 5).

Importa distinguir aquí que la auto-etnografía, a diferencia de otros formatos auto-referenciales como la auto-narrativa, la autobiografía, las memorias o los diarios, “enfatiza el análisis cultural y la interpretación de los comportamientos de los investigadores, de sus pensamientos y experiencias, habitualmente a partir del trabajo de campo, en relación con los otros y con la sociedad que estudia” (Guerrero Muñoz, 2014, p. 238).

En este sentido, consideramos preciso enfatizar que los registros autobiográficos en la autoetnografía pasan a integrar el desarrollo investigativo, conforme a un proceso reflexivo analítico sobre las experiencias vividas y la práctica profesional, cuyo resultado es la exposición de conocimientos en la que a) el autor tiene estatus de miembro pleno de la investigación; b) es visible en la narración el yo del investigador; c) integra un diálogo con los informantes más allá del yo; y d) hay un compromiso del investigador con el análisis teórico del objeto o fenómeno sobre el que reflexiona (Anderson, 2006, en Montagud Mayor, 2015).21

Por otra parte, destacamos que esta estrategia metodológica no sólo es complementaria al método cualitativo socio-antropológico con el cual abordamos los casos bajo estudio, sino que también tiene estrecha coherencia con el enfoque ontológico adoptado en la investigación en torno a la centralidad del discurso y el valor de las experiencias: así como lo real no existe con independencia de los significados que sobre él se construyen (disputan), lo que conocemos de los procesos sociales, parafraseando a Guerrero Muñoz (2014), proviene de la experiencia, y esta se encuentra en todo momento mediada por actos de interpretación y significación.

No obstante, partiendo del reconocimiento también de ciertas debilidades a las que la autoetnografía como único recurso metodológico podría conllevar,22 privilegiamos desde el punto de vista metodológico, según lo hemos precisado, una multiplicidad de técnicas (entrevistas, análisis documental) y fuentes diversas de información. A propósito de ello, y antes de referirnos a una de las fuentes secundarias más valiosa para la presente investigación, explicitamos otras consideraciones metodológicas en términos de “aperturas” y “límites” de cara al proceso investigativo, que se desprendieron del activismo como investigador en relación con los casos de estudio. En MA, en las distintas entrevistas a quienes participaron en las acciones colectivas en resistencia a Monsanto, el divisarme como investigador pero también como activista constituyó una apertura importante en pos de la posibilidad de pautar instancias de entrevistas y en lo que atañe a la profundidad de las respuestas; es decir, en lo que refiere a la socialización de las experiencias vividas por los actores. A la inversa, en relación con los integrantes de RCSA la cercanía en términos de experiencias compartidas hizo que descartásemos esta técnica para recabar información sobre las acciones colectivas encaradas por la Asamblea (sus demandas, repertorios, concepciones sobre los conflictos, etc.), dado que, en ciertas investigaciones precedentes, algunos de los entrevistados, ante ciertos interrogantes, realizaban exclamaciones del tipo “Vos ya sabes cómo fue” o “No hace falta que te cuente”. Creemos que las “aperturas” y “límites” de esta técnica según lo retratado, y siguiendo a Bourdieu (1999), se comprenden notando, para el caso de MA, que la familiaridad con las experiencias vividas hizo que los entrevistados no percibieran intromisión o amenaza alguna, del que todo acto interrogatorio finalmente no deja de estar exento (aun cuando se pueda reducir al mínimo la violencia simbólica que el acto de la entrevista conlleva). Pero es esta cercanía con los activistas de RC, de identificación entre entrevistador y entrevistado, lo que precisamente coloca límites a la utilidad de la técnica, habida cuenta de que el interrogado, en términos de Bourdieu, está dispuesto a decirlo todo, “salvo lo que es evidente, lo que no hace falta decir (…)” (1999, p. 6).

Por ello, en la investigación recurrimos a la triangulación de técnicas, al trabajo reflexivo y a una pluralidad de fuentes de información. Particularmente, interesa destacar que el registro escrito de la audiencia pública realizada en el año 2013 en el Concejo Deliberante de Río Cuarto, con motivo de la puesta en debate sobre los impactos sanitarios y ambientales del modelo de producción agrícola dominante, constituyó una fuente de importancia al momento de analizar las posiciones y argumentos de los actores partícipes de conflictividades socioambientales ligadas al agronegocio. En dicho material están registradas las voces de miembros de RCSA y de entidades como la Sociedad Rural, la Federación de Agronaves y el Colegio de Ingenieros Agrónomos, así como las de representantes de distintas dependencias estatales (entre otros, del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentos del Gobierno de Córdoba y del Observatorio de Conflictos Socioambientales de la UNRC).

Finalmente, para explorar las transformaciones sociales, territoriales, jurídicas e institucionales y los legados en materia de conocimiento ambiental asociados a las movilizaciones en los territorios bajo estudio, se tuvieron en cuenta los cambios en el nivel de las legislaciones municipales y provinciales, las resoluciones judiciales, las nuevas disposiciones territoriales (es decir, modificaciones expresadas en las regulaciones y marcos jurídicos) y las controversias sociotécnicas suscitadas. Con relación a los primeros, revisamos las resoluciones administrativas y los pronunciamientos de funcionarios públicos, mientras que para dimensionar las discrepancias entre los actores de la “tecnociencia” entre sí y de estos con otros actores sociales (Merlinsky, 2017a) revisamos resoluciones universitarias sobre la instalación de Monsanto, declaraciones en la prensa de especialistas y miembros de las asambleas y, en especial, las intervenciones en la audiencia pública de RC.

3. Consideraciones finales

En estas palabras finales hemos de ponderar la fertilidad analítica del diseño y estrategia metodológica explicitados, y su complementariedad con el marco ontológico-teórico sintetizado en los párrafos introductorios, conforme al logro de la tesis a la que se arribó en la investigación doctoral. Estudio que ofrece elementos comprensivos de los procesos de movilización socioambiental urbanos frente al modelo de agronegocios y que pasaremos a explicitar.

Según concluimos en la investigación, las acciones colectivas críticas del agronegocio, en el período reciente, en las localidades de RC y MA tienen su origen en las experiencias individuales y colectivas de percepción de afectaciones sanitarias. Tal percepción movilizó un proceso investigativo que combinó conocimientos plebeyos y científicos, a partir del cual los actores asociaron las afectaciones sanitarias con los impactos ambientales ocasionados por el avance del agronegocio.

La nula o baja apertura por parte de las autoridades gubernamentales municipales y provinciales frente a las preocupaciones sanitarias, así como la persistencia y ampliación de los contenidos del agronegocio en los territorios, fueron identificadas como actos de injusticia. En la búsqueda de atención de los poderes públicos, lo ambiental se constituyó como la matriz de significación central de las preocupaciones de los actores movilizados y la evocación del derecho ambiental, el medio para denunciarlas. Esta inscripción de la afectación/preocupación sanitaria a partir de la denuncia del daño ambiental constituyó, en sí misma, una práctica del orden de “lo político”, puesto que, siendo el ambiente un “bien común”, su alteración afectaba a una colectividad; ergo, la demanda por su protección no era individual, sino en nombre de la comunidad afectada.

Sobre tal identificación común, esto es “afectados ambientales”, se constituyeron espacios asamblearios —“MLPLV” y “RCSA”— que, reconociéndose como partes legítimas de sus respectivas comunidades, buscaron plasmar sus demandas-denuncias en distintas arenas (universidades, ámbito normativo, la calle) con el objeto de hacer que adquiriesen estado público. Pero dada la configuración del agronegocio como orden socioterritorial hegemónico, los debates en el seno de los diferentes ámbitos sociales estuvieron mediados por litigios desarrollados sobre relaciones de fuerza diferenciales (en favor de los promotores del orden del agronegocio) que pudieron, no obstante, parcialmente revertirse23 en función de las articulaciones que las asambleas lograron construir.

Conforme al carácter instrumental de los casos abordados, la reconstrucción de cómo surgieron y se reconfiguraron las acciones colectivas en RC y MA dando lugar a la constitución de asambleas socioambientales críticas a los impactos del agronegocio en el período reciente, hace posible extender los conocimientos arribados a otras experiencias colectivas urbanas denunciantes de los impactos socioambientales del modelo agrícola dominante tal como se registran en distintas localidades de la pampa argentina en lo que va del siglo en curso.

No obstante, ello no exime de la necesidad de indagar sobre los conflictos que acontecen en un determinado espacio y tiempo, de un análisis situado que, desde una perspectiva relacional e histórica, contemple tanto los antecedentes y evoluciones de los discursos de los actores contestatarios como las características específicas en que la territorialidad global del agronegocio se manifiesta en un determinado lugar.24 Pues, esto último, incide en los alcances que tienen los conflictos desatados entre contestatarios y promotores del agronegocio respecto de las transformaciones sociales, territoriales, jurídicas e institucionales.

Para finalizar, alentamos la búsqueda de continuar produciendo conocimientos metodológicos y teóricos en la materia, habida cuenta de que nos encontramos ante una tensión socioterritorial que no parece suturarse. Debe partirse del reconocimiento de que nos hallamos en presencia de una lógica productiva de alcance global que no puede prescindir de la materialidad de lo local, es decir, de sus anclajes localizados en determinadas coordenadas espaciales para asegurar su reproducción; y, por otro lado, de que el devenir del siglo XXI registra la conformación de una experiencia colectiva de problematización del agronegocio bajo un discurso ambiental que antepone una posición no negociable ante la persistencia o ampliación de contenidos de la agricultura moderna; entonces, los conflictos previsiblemente adquirirán mayor envergadura.

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Notas

1 En diálogo con la concepción de espacio geográfico de Santos (2000), nos referimos con contenidos al conjunto de objetos y acciones inmanentes a la lógica productiva en cuestión, entre otros: insumos agroquímicos, semillas transgénicas, fumigaciones, centros de acopio, estaciones experimentales.
2 Además de las luchas referidas, otras que también alcanzaron dimensión pública fueron las movilizaciones de múltiples actores y actrices en defensa de los bosques nativos (Ávila Castro, 2019); la impugnación a la instalación de una estación experimental de semillas de Monsanto en Río Cuarto (Isidro, 2016) y el conflicto librado en la ciudad de Córdoba frente a la planta de bioetanol Porta Hnos. (Saccucci y Reinoso, 2022). [En “Referencias” es otra la fecha]
3 El carácter hegemónico del agronegocio en la Argentina se expresa en tanto que la lógica productiva excede a un tipo de cultivo o agroquímico particular, para pasar a constituirse como un verdadero orden sociohistórico. Ello, como resultado de múltiples dispositivos que les han permitido construir, a los actores internacionales y locales beneficiarios de la producción, especulación y comercialización de los commodities agrícolas a nivel global, consensos (visiones, valoraciones y experiencias compartidas) entre amplios sectores sociales acerca de la centralidad/importancia del modelo agrícola moderno en pos del progreso del país.
4 Al decir de García Acosta: “(…) la percepción del riesgo implica reconocer y aceptar la dimensión social del riesgo, pues su percepción es en sí un fenómeno social y no individual. De ahí que constituya, como tal, una construcción social del riesgo que surge de acuerdo con el tipo de sociedad de la que emana, de sus creencias y visiones dominantes” (2005, p. 16).
5 Esta hipótesis inicial fue revisada y ajustada en el transcurso de la investigación, a la luz de las diversas conclusiones a las que fuimos arribando tras indagar en otros interrogantes subsidiarios al problema central de esta investigación. ¿Cómo los espacios asamblearios protagonistas de las movilizaciones contra los impactos del agronegocio fueron construyendo sus demandas a lo largo del tiempo y bajo cuáles repertorios de acción las han expresado? ¿Cómo es el proceso a través del cual lo socioambiental se constituye como a) un “problema público”, b) inherente al modelo dominante de producción agrícola? Y ¿qué transformaciones territoriales, institucionales, jurídicas y políticas acontecieron con la movilización social en torno a los conflictos asociados a los impactos del agronegocio en los territorios analizados?
6 Esta referencia se halla en diálogo con la proposición de Durand Guevara (2013), quien, en su crítica a los enfoques descriptivos de la acción colectiva, propone estudiar los movimientos sociales en tanto “procesos sociopolíticos insertos en el eje de dominación, conflicto y emancipación, que expresan a su vez tensiones en las experiencias de subjetivación de los propios actores” (Durand, 2013, p. 130. Las itálicas son nuestras). Creemos más pertinente reemplazar la tríada resaltada por “orden” y “conflicto”, en virtud de que este par refleja de un mejor modo el carácter hegemónico (mas no únicamente de dominación) de toda configuración socioterritorial, al tiempo que el “conflicto” da cuenta de la posibilidad de las críticas, siendo la emancipación tan solo una de sus posibilidades.
7 Ampliamos señalando que el carácter instrumental de estos casos se expresa en tanto su análisis permite alcanzar afirmaciones sobre el objeto de estudio (Jiménez Chaves y Comet Weiler, 2016); en nuestro caso, acerca de la constitución y desenvolvimiento de las acciones colectivas contestatarias a la lógica del agronegocio en localidades urbanas emplazadas en la región agrícola moderna.
8 La expresión, recuperada de Elias y Pequeno (2007), refiere a aquellas ciudades en las que la función hegemónica es la de satisfacer las demandas del agronegocio globalizado.
9 Contemplando las variables propuestas por Elías (2012) para analizar las regiones agrícolas productivas modernas, advertimos que la localidad carecía de ramas industriales representativas de las redes de la agroindustria; de Infraestructura y equipamientos urbanos asociados a la reproducción del agronegocio, así como de empleos (ocupación laboral) ligados a la actividad agrícola moderna.
10 La estrategia metodológica recuperó la propuesta por Merlinsky (2013a) para estudiar el conflicto del Riachuelo. En particular, respecto de la necesidad de reconstruir el orden socioterritorial y de divisar las disputas de sentido (conflictos) y sus productividades o efectos.
11 Esta búsqueda se enmarca en que, si bien la gestación y devenir problemático de toda preocupación social es esencialmente un proceso intersubjetivo, ello no acontece en el vacío sino entramado en los cambios que se producen, para la temática objeto de estudio, en la relación campo-ciudad.
12 1996 fue el año de la liberalización comercial de la primera semilla transgénica en la Argentina. Al respecto, si bien el proceso de agriculturización se venía produciendo desde mediados de la década de 1970, tras la aprobación de dicha semilla la superficie destinada a la producción agrícola basada en el paquete tecnológico moderno se expande vertiginosamente, con una tendencia protagonizada por el monocultivo de soja resistente al herbicida glifosato.
13 Tales registros nos interesaban especialmente para reconocer los insumos agrícolas utilizados, dado que su composición (especialmente, la presencia de agroquímicos y transgénicos) actúa como referente empírico de las denuncias de las asambleas movilizadas en una y otra localidad.
14 Dentro del registro de las principales ramas laborales identificamos si había o no asesores fitosanitarios, en tanto figura profesional/especializada incorporada a la actividad agrícola que receta los insumos utilizados en la producción agropecuaria.
15 Resulta pertinente asentar que “el relato es claramente distinto a una cronología, en la cual las acciones y ocurrencias se organizan atendiendo exclusivamente a su posición dentro de la línea de tiempo y que también difiere del reporte, en tanto que éste ofrece una visión estática de acontecimientos específicos sin incluirlos dentro de un todo coherente” (Barzelay y Cortazar, 2004, en Merlinsky, 2013, p. 72).
16 Esta propuesta metodológica se encuentra en sintonía con la perspectiva analítica de Cefaï para estudiar los problemas públicos, en tanto “la investigación sociológica debe orientarse hacia situaciones de prueba, de emergencia o de crisis, de litigio o de disputa, de juicio o de controversia, para divisar esta dinámica donde se establecen los marcos de equivalencia y las escalas de medida y donde se elaboran las herramientas de categorización, de calificación y de cuantificación, donde se estabilizan versiones más o menos aceptables para las partes y donde se perfilan temas de conflicto y puntos de controversia, donde emergen las figuras de culpables y de víctimas al lado de las figuras de defensores y de reparadores” (2012, p. 15. Las cursivas son nuestras).
17 Prevenimos respecto del carácter analítico de tal distinción (tres momentos), mas no “empírico” de la movilización social, puesto que en rigor las experiencias colectivas se desenvuelven más bien bajo una relación dialéctica; es decir, la evolución de los conflictos no opera negando “momentos”, sino que los contiene adicionando elementos novedosos, entre ellos los lugares y repertorios con los que se desarrollan las acciones colectivas.
18 El carácter de sutura parcial de los conflictos remite a una interpretación ontológica-teórica de las dinámicas contenciosas (especialmente asociada a las perspectivas pos-fundacionales, en nuestro caso centrada en la obra de Teoría de la hegemonía de Laclau y Mouffe, 2004), en la que toda sedimentación social no deja de ser en última instancia contingente; ergo, las alteridades pueden re-emerger desestabilizando acuerdos o disposiciones alcanzadas y abriendo nuevos focos conflictivos.
19 La noción de “productividad” remite a las transformaciones (sociales, territoriales, jurídicas e institucionales) que los conflictos generan en el sistema de relaciones sociales (Merlinsky, 2017b).
20 Esto, sobre la base de investigaciones previas que nos permitieron identificar referentes: Forlani (2014), Sánchez Marengo y Valor (2015), Agosto (2014) e Isidro (2016) y Fitz Herbert (2019).
21 A propósito de estas consideraciones, al reconstruir las acciones colectivas de la Asamblea RCSA distinguimos los aportes reflexivos en clave auto-etnográfica mediante la utilización de otra tipología de letra y recuadros en los comentarios.
22 Al decir de Guerrero Muñoz (2014), aunque el recurso a la memoria del sujeto investigador constituye una fuente que puede aportar aspectos significativos para la investigación, esta tiene límites, es selectiva y sus contenidos se ven afectados por el paso del tiempo.
23 “Parcialmente revertirse” en tanto en ambas localidades la movilización socioambiental logró impedir, por caso, la instalación de la multinacional Monsanto (en MA de una megaplanta experimental de semillas y en RC de una estación experimental), pero tuvo mayores dificultades para instalar como problema público el conjunto del modelo productivo del agronegocio.
24 En nuestra tesis doctoral, sobre la base de la distinción analítica de Fair (2015), divisamos que la significación del ambiente, de parte de los actores movilizados, como bien común no debe opacar el registro de contrastes en la naturaleza contra-discursiva, constituyéndose unos como antihegemónicos (crítica a la integridad de la lógica productiva) y otros como no antihegemónicos (crítica a algunas de las dimensiones del modelo productivo).

Recepción: 09 Junio 2023

Aprobación: 23 Octubre 2023

Publicación: 01 Diciembre 2023

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